PULSO
SINDICAL DIARIO - 18 DE ABRIL 2020
1.- Casi 300.000 cartas de despido se
cuantificaron en marzo de este año, 100.000 más que en el mes de febrero.
De estas solo 66.000 corresponden a
"necesidades de la empresa", o sea apenas algo más del 20% de los
despedidos recibió indemnización por años de servicio.
Nosotros conocemos de la serie de
martingalas, validadas por el temor y/o la pasividad de los trabajadores , que
utilizan los patrones para evadir el
pago de indemnización y no es aventurado decir que si no hay un cambio de
conducta en la clase trabajadora, la indemnización pasará a ser otra pieza más
del museo de los derechos laborales.
Cada vez hay menos jornadas de trabajo continuas y no siempre la jornada es de 8 horas por día.
Si a esto le agregamos las jornadas de
tiempo parcial validadas en la ley y que permiten jornadas de hasta 10 horas
diarias e innumerables posibilidades de turnos, cuyo uso puede ser avisado por
el patrón apenas con una semana de anticipación, nada positivo nos espera como
clase.
Seamos claros en algo, parte importante de
estás normas legales aberrantes son fruto del diálogo, los acuerdos y las
componendas entre Parlamento, gobiernos y centrales sindicales entregadas al
sistema.
De allí la profundidad del cambio que
debemos promover.
Se trata de romper con leyes que nos han
minimizado en nuestra condición de vendedores de fuerza de trabajo, para lo que
requerimos de un nuevo tipo de organización.
Debe ser de clase, autónoma e independiente.
2.- La pandemia en curso permitio validar un
mecanismo que ya se había conversado en años pasados entre algunas centrales de
trabajadores, el gobierno y los empresarios.
Se trata de la disminución de la jornada de
trabajo y por consecuencia una baja en la remuneración.
En las discusiones de entonces, también se
hablaba de cubrir parte de la rebaja con el fondo de cesantía solidario y
entregar capacitación en aquello que conviniera más al trabajador. En
consecuencia, la ley actual es aún peor que la propuesta originalmente.
Ciertamente que está ley COVID solo se
aplicará, dicen, mientras dure la
pandemia, pero es altamente probable que, al menos lo relativo a la rebaja de
la jornada, se vuelva a presentar como una reforma al código del trabajo, una
vez que se retome cierta normalidad post pandemia.
De allí que los desafíos que se presentan a
la clase son contundentes.
*Reivindicar el pago de indemnizacion por
años de servicio, pues esto representa la restitución de una parte de la fuerza
de trabajo entregada al patrón y nunca pagada.
*Instalar en la legislación laboral, y
ciertamente en los contratos colectivos, que cualquier rebaja o disminución en
las remuneraciones, producto de desastres naturales, pandemias o lo que sea,
debe ser restituido por los patrones en cuanto se recupere la normalidad
económica.
*Buscar nuevos instrumentos para la
administración de la previsión y que está no siga entregada a los vaivenes del
mercado, además de conseguir por la vía de las leyes y la negociación, que los
patrones paguen a lo menos el 50% de lo que hoy se descuenta mensualmente a los
trabajadores.
3.- Solo así daremos señales claras de que
estamos sacando lecciones de lo vivido y comprendiendo el valor que como
trabajadores tenemos y que nos debe ser reconocido de una vez por todas.
MANUEL
AHUMADA LILLO
Presidente
Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores
Secretario
C.G.T. CHILE
No hay comentarios.:
Publicar un comentario