PULSO SINDICAL EXTRA N°35 – NO A LA CENSURA
El capital y sus servidores siempre guardan silencio en lo que respecta
a difundir la opinión de aquellos que les combaten sin ambigüedades.
A fin de cuentas, el día en que las posiciones correctas comiencen a hacerse
carne en los explotados y comience a germinar la conciencia de clase, deberán
responder por tanta censura, discriminación y exclusión.
Tengo la fortuna de poder escribir sobre lo que me trasmiten miles de
compañeras y compañeros, por lo que público periódicamente columnas de opinión
sobre diversos temas, con el único y claro objetivo de dejar establecidas y
expuestas nuestras posiciones.
En estas semanas se han publicado todas las argumentaciones de la
coalición gobernante y de quienes juegan el rol de oposición, respecto de la
conveniencia o no de bajar las horas de trabajo de la jornada diaria y semanal.
No obstante, la censura feroz a las posiciones y planteamientos
clasistas, nos hace aparecer ajenos o alejados de la discusión. Y eso no es
así.
Rechazamos con fuerzas y convicción las propuestas de reforma laboral de
Piñera, pues son más de lo mismo y no ayudaran a sacar a los trabajadores de la
miseria en la que los tiene sumidos el capital y sus leyes.
Asimismo, y con la misma fuerza, rechazamos las posiciones ambiguas o
derechamente traicioneras de aquellos que aceptaron calladitos las reformas en
los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría y hoy día se presentan como
defensores de una clase duramente castigada por el sistema imperante y por un
sindicalismo ambivalente, del que por fortuna no formamos parte.
Por todo lo anterior es que envíe una carta abierta a los medios de
comunicación, llamando la atención por su falta de objetividad y coraje, además
de la discriminación evidente que aplican a quienes se oponen al sistema.
El responsable del envío consideró que además de los medios regulares en
radio, diarios y televisión, era bueno también llamar la atención de todos los
medios registrados en la base de datos.
A quienes se sintieron tocados mis disculpas. Aprovecho de decirles que
he corregido levemente el documento, para que nadie se sienta ofendido y se
sirva del mismo para ignorar nuestros planteamientos y calificar a la
organización y nuestras intenciones.
CARTA
ABIERTA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En mi calidad de dirigente sindical, me permito dirigir la presente,
teniendo claro que a lo más será leída a la rápida o probablemente, como ha
sido una costumbre de ustedes, ignorada pues no es parte del habitual coctel de
distracción que se entrega a la ciudadanía.
Ciertamente no se puede guardar silencio al constatar cómo se sigue
dando cobertura a organizaciones sindicales y directivos que hace ya mucho
tiempo cambiaron las irrenunciables demandas de los trabajadores por “avances
en la medida de lo posible”.
Que el ministro del trabajo diga que se reúne con dirigentes de
Sindicatos y Federaciones, sin indicar de quienes se trata, es una muestra
evidente de que lo que se busca es instalar en la opinión pública la imagen de
los trabajadores y sus organizaciones están escuchando lo que dice el gobierno
y no tienen opiniones en contrario.
Quienes aparecen reuniéndose con el gobierno, los patrones y la llamada
oposición, no necesariamente representan a las grandes mayorías de
explotados.
La censura y discriminación que se aplicó en dictadura sigue plenamente
vigentes en la actualidad, lo que implica que millones de compatriotas estén
recibiendo información sesgada o derechamente falsa.
Podría guardar silencio y tragarme la indignación y la rabia, pero al
menos quiero dejar expuestas algunas cuestiones que mostrarán en algún momento
futuro, que no todos comulgábamos en este país con ruedas de carreta y que fue
la censura, aplicada descaradamente por ustedes, lo que impidió que los
trabajadores tomaran conocimiento de las posiciones del sindicalismo clasista.
Aquí algo de lo que se niegan a publicar.
1.-
La CUT ha puesto el grito en el cielo por el proyecto de ley del
gobierno orientado a la modernización de la Dirección del Trabajo (El Mercurio,
B3, 16 de agosto 2019), proyecto que apunta a la creación de un panel de
expertos para la calificación de los servicios mínimos, además de realizar
cambios en temas de transparencia y fuero de los dirigentes sindicales.
Tal parece que los malos atacan de nuevo y los buenos desenvainan sus
espadas para salir en defensa de los trabajadores. La cosa no es tan así y les
explicaremos porque.
Los servicios mínimos son una creación perversa, cuyo único objetivo es
facilitar a los patrones las trabas en el proceso de negociación colectiva,
llegándose al absurdo que los dueños del capital tienen facultad para demandar
que tipo de funciones desean que sigan operativas en el caso hipotético que los
trabajadores vayan a huelga. En concreto, si hay huelga la empresa podría
llegar a seguir operando con estos servicios mínimos, más los rompehuelgas
contratados.
Lo que los trabajadores ignoran - y también muchos dirigentes – es que
la figurita de los servicios mínimos es fruto de las reformas aprobadas en el
gobierno de Bachelet, con el entusiasta apoyo de muchos de los parlamentarios
que hoy hacen oposición al gobierno de Piñera.
En lo que respecta a los fueros, se indica por parte del gobierno que la
reforma obedece a que hay mucho desenfreno y se constituyen sindicatos de
empresa con personas que están recién despedidas o a punto de serlo. Se propone
entonces que dichos fueros solo sean efectivos desde que se solicita el
ministro de fe y con un plazo que no supere los 10 días.
Nuevamente lo que se desconoce o se silencia, es que fue en la última
reforma de Bachelet y la nueva mayoría que se hicieron ajustes importantes en
la cuestión de los fueros y los ministros de fe.
En efecto, se estableció, en la última reforma, que la constitución de
los sindicatos interempresas será con un fuero máximo de 10 días y desde que se
solicite ministros de fe. Además se estableció que la elección de los delegados
sindicales debe hacerse ante inspectores del trabajo. (artículo 221, inciso
cuarto, del Código del Trabajo)
¿ Que dijeron entonces los parlamentarios de “izquierda y de centro”?
¿ Que hicieron quienes están hoy en el Frente Amplio?
¿ Que, los sindicalistas que aplaudieron estos nuevos “avances” en las
normas del trabajo?
2.-
Los patrones junto a entusiastas sindicalistas, que no tienen interés
alguno en reivindicar las demandas irrenunciables de los trabajadores, se han
reunido en el día de ayer con el objetivo de generar una alternativa a la
discusión instalada en torno a que es mejor para los trabajadores, si una
jornada rígida de 40 horas semanales o una jornada flexible de 41 horas
semanales (El Mercurio, B2, 21 de agosto).
Nadie podría expresarse en contra de esta aspiración de los
trabajadores.
Una jornada de 8 horas diarias de trabajo continuas por 5 días a la
semana es el anhelo de millones de asalariados, en Chile y en el mundo entero.
Sin embargo, se hace necesario decir que en las actuales condiciones
ninguna de las propuestas en discusión solucionará o aminorará el drama que
viven millones de trabajadores. Tampoco lo será la propuesta de patrones y
yanaconas disfrazados de dirigentes sindicales.
En el hipotético caso de que se concrete una disminución de la jornada,
eso no significará una mejora en la condición de vida de los trabajadores y sus
familias. Muy por el contrario. Podría darse el caso de que al trabajar 8 horas
por 5 días a la semana, o 4 días de trabajo y 3 de descanso - dependiendo de
las fórmulas hasta ahora propuestas-, la mayoría de los trabajadores busque un
segundo y hasta un tercer empleo, con el fin de generar mayores ingresos al
final del mes. Con casi total certeza estos empleos complementarios serán sin
previsión o en condiciones aún más desmejoradas que el primero.
Quienes están promoviendo el cambio a la jornada laboral o ignoran la
realidad que viven los trabajadores chilenos, o simplemente levantan dichas
propuestas en la idea de negociar acuerdos intermedios que dejen contento a
todo el mundo, SU MUNDO y no el de los explotados.
Los trabajadores y sus familias viven en condiciones muy desmejoradas y
un alto % de los asalariados reciben remuneraciones miserables.
La Encuesta Suplementaria del INE indica que “el ingreso mediano
de los trabajadores ocupados llegó a $ 400.000 mensuales en 2018, es
decir, el 54% de los trabajadores percibió ingresos menores o iguales a ese
monto. (El Mercurio, B5, 14 de agosto 2019)
Para que nadie se confunda en esta discusión. Ninguna de las 2
propuestas sirve a los trabajadores si no se modifica primero el monto del
ingreso mínimo mensual.
3.-
Los trabajadores no tendrán armonía familiar ni podrán optar
a descanso, vida familiar, deportes y recreación, mientras no reciban
remuneraciones dignas y tengan derecho a salud, vivienda y educación
garantizado.
Por eso queremos reiterar nuestra demanda de 40 horas semanales
continuas en 5 días, para todos los trabajadores (las propuestas en discusión
no van en esa dirección ni son para todos), lo que es inseparable de la
exigencia de gratificación garantizada, pago de parte de la patronal del 50% de
la previsión mensual y derecho a locomoción y colación diarios, entre las
demandas más urgentes de la clase trabajadora.
Los abusados hasta en sus más mínimos derechos, deben entender
definitivamente que los patrones no son benefactores ni filántropos. Ellos
tienen lo que tienen gracias al abuso y las bajas remuneraciones que pagan.
Si los empresarios disminuyeran sus márgenes de ganancias (ganancias
obtenidas gracias a nuestro trabajo) todo sería distinto.
No solo habría pleno empleo sino que podríamos acceder a descanso y
recreación, disminuiría la delincuencia y todos los males provocados por las
carencias.
4.-
Uno
tras otro los gobiernos han presentado propuestas que, en lo grueso, han
instalado en la legislación la polifuncionalidad (cumplir más de una función en
el trabajo), el trabajo de tiempo parcial (con sueldos proporcionales al
ingreso mínimo según las horas trabajadas) la flexibilidad (estar donde el
patrón quiere y a la hora que se le dé la gana) y un sinfín de otros cambios
que solo han hecho más difíciles las cosas para millones de trabajadores y
trabajadoras en el país.
Por
lo tanto, nuestra discusión debe cambiar de eje. No podemos seguir analizando
las reformas del gobierno y constatando cuan malas son.
Ellos
y los patrones no nos van a dar así como así lo que nosotros queremos y necesitamos.
Debemos
comenzar a pensar en que cosas necesitamos para que nuestra vida y la de
nuestras familias mejoren. Es un derecho el pago de locomoción y colación
diarios, la gratificación garantizada, un ingreso mínimo justo y digno, 8 horas
continuas de trabajo por 5 días en la semana y debemos comenzar a exigirlas
abiertamente.
Las
reformas laborales bajo el control del capital no van a significar nada bueno
para los abusados y abusadas en sus derechos. Solo ayudan a dilatar la
discusión de verdad.
Vamos
a comenzar por educarnos en nuestros derechos. Así tendremos fuerza y decisión
para construir la organización que los promueva y difunda para, finalmente dar
la lucha por estos derechos en todos los espacios posibles.
Tenemos
claro que es un desafío grande pero vamos a trabajar duro por hacerlo realidad,
aunque la censura del capital busque lo contrario.
Como trabajadores clasistas tenemos
la obligación de ser claros en nuestras posiciones y no damos ni daremos
espacio a la ambigüedad. Vamos a salir a concientizar a millones con el
objetivo de alcanzar un gobierno de trabajadores, única posibilidad para dar
concreción a nuestras aspiraciones.
Y en algún momento lo
lograremos, más allá de la censura y discriminación comunicacional a la que se
nos somete.
MANUEL
AHUMADA LILLO
Presidente
de la Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores
Secretario
de la Confederación General de Trabajadores