miércoles, 31 de mayo de 2017

PULSO SINDICAL Nº 335 DEL 18 AL 31 DE MAYO DE 2017

PULSO SINDICAL Nº 335 DEL 18 AL 31 DE MAYO DE 2017

Desde que el jueves 24 de mayo,  el semanario The Clinic develara las profundas arbitrariedades y abusos que afectan a los trabajadores de la empresa FRUNA, las redes sociales han explotado con propuestas y sugerencias, tendientes todas a terminar o al menos aminorar tanto drama que no solo es de los trabajadores de FRUNA sino de millones de trabajadores chilenos. Sin embargo han sido solo eso, opiniones en las redes sociales.
¿Hasta cuando seguirá siendo este el único instrumento utilizado por muchos para responder a la prepotencia del capital?

Dicen los viejos, cuando hay algo que no está del todo bien, que “falta la chaucha para el peso”. Algo así nos sucede como sociedad respecto de hechos como el que en está ocasión afectó al trabajador Rolando Venegas, quien se quitó la vida cansado de tanto acoso laboral.
¿Es que ya nos olvidamos de la dolorosa muerte de Rodrigo Cisternas, Juan Pablo Jimenez y Nelson Quichillao, por nombrar a las últimas víctimas del brazo armado del capital?
Día a día se informa de la muerte de trabajadores por diversos accidentes laborales, muchos de ellos provocados por la deficiente o nula seguridad en los lugares de trabajo, el COMPIN  se hace un festín rechazando miles de licencias médicas ¿y la mayoría solo tiene fuerzas para repudiar y rechazar todo esto en las redes sociales?
Falta ciertamente la chaucha para el peso. Ya va siendo hora de dejar de lamentar y clamar por las páginas sociales o a través del Facebook  y salir a hacerle frente al enemigo.
Las armas contra el abuso se llaman organización y concientización. Tenemos que salir a educar y enseguida construir sindicatos y otros instrumentos de organización.
Convencer a los trabajadores que son parte de una clase que debe luchar unida, para que estos hechos no se sigan produciendo. 

El asunto FRUNA no es para nada nuevo. Los más mínimos derechos laborales se violan en miles de lugares de trabajo, hora a hora, día a día.
No es normal que reponedores y promotoras - generalmente contratados por empresas externas a aquellas en las que prestan servicios - coman sus alimentos y descansen en la calle. Tampoco que no se respete el pre y post natal, o que muchos trabajadores pierdan su puesto de trabajo y queden en el limbo después de retornar de una licencia.
¿Cómo va a ser lógico que los dirigentes sindicales deban anunciar a la empresa con 24 horas de anticipación las gestiones sindicales que pretenden desarrollar, o que no puedan responder  las consultas de sus socios en los lugares de trabajo?

La violación de los derechos laborales no comenzó ni termina con FRUNA.
Es algo constante y permanente porque los instrumentos legales son para beneficio del empresario, más que para defender al trabajador. No hay leyes que cautelen el respeto a la dignidad y la honra de los trabajadores. El patrón acusa, el trabajador paga con cesantía o con cárcel. Así de dispareja está la cancha.

Si no nos organizamos y reaccionamos seguirá el abuso, porque los llamados a fiscalizar y castigar los malos tratos no disponen de elementos suficientes para sanciones concretas y drásticas y - doloroso resulta decirlo - en algunos casos no hacen bien su trabajo y escuchan más a los empleadores que a los trabajadores. Menos burocracia más acción concreta.
Es un llamado que hacen millares de abusados, pero que pareciera llegar a oídos sordos.
La última semana de mayo ha sido prolífica en cuanto a datos que reflejan la profundidad de la crisis sindical. Junto a esto la desesperación de algunos por mantenerse pegados “a la teta” que da recursos frescos, para seguir  manteniendo engañados y desinformados a los trabajadores. Veamos algunos antecedentes que grafican esta afirmación:
a)      Si se tomara en cuenta los padrones que entrega la dirección del trabajo, la sindicalización en Chile apenas supera el 5%.
b)     Existen 3 centrales reconocidas legalmente y sumados sus afiliados no alcanzan a 300.000, en incluso la suma de 2 de ellas no supera los 20.000 trabajadores.
 c)      Una gran polvareda levantaron la CAT y la UNT porque no fueron considerados en el Consejo Superior Laboral. La razón, no poder participar de la designación de recursos que le corresponderá hacer a este Consejo. La CUT se queda con los 3 cupos. A su vez Arturo Martínez y sus acólitos anuncian una nueva Central de organizaciones sindicales del sector privado, con el claro objetivo de aspirar a recibir algunas migajitas de este suculento pan.
d)     Los presidentes de la CUT, la CAT y la UNT integran la delegación oficial que viaja a la Conferencia anual de la OIT en Ginebra. Lo único que está claro, es que no reclamaran por el daño que las últimas reformas laborales provocaran en los trabajadores.  

Esto es lo que el sistema informa y sobre eso un sector de la opinión pública hace análisis y saca conclusiones, generalmente regresivas. Ellos dicen que el sindicalismo es una bolsa de gatos, lleno de corruptos y aprovechadores, que los trabajadores no deben participar en los sindicatos, que más vale esforzarse para surgir sin hacer parte de ningún tipo de organización. Que por último no es algo que ayude a los trabajadores en su vida diaria.

Nosotros estamos empeñados en demostrar que no es así la cosa, que en los medios de comunicación se expone sola una parte - la más insignificante, la menos importante - del movimiento sindical. No deja de ser contradictorio el ver como critican a este tipo de sindicalismo y entregan datos tan lapidarios y al mismo tiempo le entregan todos los espacios en los medios de comunicación para difundir sus pobres discursos.
La cosa es simple.
Tienen cobertura y espacios porque desarrollan el tipo de gestión sindical que conviene al sistema, una gestión que pone su acento en el mal llamado dialogo social y los acuerdos con los dueños del poder, en los premios de consuelo (una mala ley permite la creación del Consejo Superior Laboral, por ejemplo) con tal de seguir apareciendo como únicos interlocutores del movimiento sindical.

Vamos a reiterar nuestro planteamiento. Los trabajadores deben poner el acento en la organización. Decir y sentirse clasistas no es algo que corresponda a algún sector en exclusiva, sino que engloba a todos los abusados y explotados. Que el plantearnos una organización que represente este sentir no es ir contra la unidad sino muy por el contrario, es iniciar el camino hacia la dignificación plena de los trabajadores.
Todos son importantes en esta lucha menos aquellos que se entregaron al capital. Todos   pueden levantar las banderas de la redención obrera, menos aquellos que quieren retrotraer la historia y ven a los trabajadores como meros apéndices de quienes se reparten el poder.

En eso no vamos a transar, y más temprano que tarde se escribirá la historia como corresponde.

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE 

sábado, 20 de mayo de 2017

PULSO  SINDICAL Nº 334 DEL29 DE ABRIL AL 17 DE MAYO DE 2017
                                                                                             
El acto en conmemoración del Primero de Mayo convocado por el CIUS en Santiago, fue una actividad masiva, que igualó e incluso superó en asistencia a la del año anterior.
Si a esto sumamos las actividades en Talcahuano y Pucón - unidas las 3 por el llamado clasista a construir un nuevo instrumento de organización - podríamos concluir que la clase trabajadora desplegó sus fuerzas y avanza, rindiendo honores a aquellos que iniciaron la lucha hace ya más de 131 años.

¿Por qué entonces dichos actos fueron ignorados o distorsionados por los medios de comunicación, llegando incluso a permear a algunos medios que se definen como independientes? 
Porque no les conviene mostrar que el sindicalismo de clase, avanza. Es cierto que con posterioridad la radio U de Chile y su diario digital han corregido tal omisión, pero no es suficiente y hay que seguir exigiendo el término de la censura y la discriminación.

Seamos honestos en cuanto a decir que dicha “ignorancia o distorsión” de los medios, no es algo que nos quite el sueño. Tenemos claro que ellos funcionan y generan grandes utilidades gracias al avisaje de empresarios y gobierno, y no van a poner en riesgo todo eso por dar cobertura a quienes se oponen al sistema.
Si tienen que llamar noche al día, lo harán sin hacerse problemas.
Lo que no nos puede dejar indiferentes es la poca o nula preocupación o derechamente el falseamiento de datos, de algunos medios que en su momento han reconocido el rol de los trabajadores en la sociedad y que tienen muy claro lo que hoy está pasando en el movimiento sindical chileno. A ellos debemos exigirles ser honestos, claros y veraces.

¿Qué es lo que hizo posible esta cadena de desinformación que hasta el despacho de este Pulso sigue sin ser aclarada, pero que no es casual y seguirá presente?

Pese a la lentitud con que el proceso avanza, es para todos claros que el movimiento sindical no es el mismo que el de hace 5, 10 o más años atrás.
Sucesivas e importantes manifestaciones en algunos sectores de la economía nacional, han dejado claro que la paciencia de los abusados tiene un límite y que la avaricia de los dueños del capital lo está rompiendo.
Aún son luchas sectoriales, con demandas concretas que una vez satisfechas – aunque sea en parte -  apaciguan el movimiento, pero cada nuevo garrotazo de los poderosos tensa las fuerzas y las pone nuevamente en acción.
Las sucesivas reformas laborales, que han abierto más y más posibilidades de abusos a la patronal, la pasividad con que el sindicalismo oficialista ha actuado - llegando incluso a estar de acuerdo con el grueso de dichas reformas – han ido generando un descontento manifiesto, que en ocasiones permitió expresiones concretas de rechazo, así como la gestación de instrumentos de unidad que tienen como base la reivindicación del clasismo.

Los de abajo se expresan contra el abuso y eso complica el proyecto del modelo. Todavía hay insuficiencias, radicadas principalmente en el sectarismo y la poca comprensión del rol de los trabajadores, de la base, en todo este proceso, pero lo que sí es claro es que cada día se dan pasos en camino de concretar la ansiada unidad.
Si a eso agregamos el pobre espectáculo dado por la CUT - la central oficialista que después de ver declaradas nulas sus últimas elecciones por fraude electoral, intenta desesperadamente y sin éxito recuperar protagonismo – tendremos algunos elementos que explican el porqué de esta descarada omisión de los medios de comunicación el pasado 1 de mayo. Había que mostrar a la CUT como el único referente sindical existente en el país.
Y para ello desfilaron, junto a los miles de militantes de la Nueva Mayoría, ministros y parlamentarios de gobierno. El espectáculo estaba garantizado

Los hechos y situaciones que afectan al oficialismo sindical han provocado la aparición mediática de una “disidencia interna”, disidencia que disfrutó por años de las garantías del modelo y de una organización construida a su medida. Son ellos los que permiten que el jueguito del modelo quede listo para ser exhibido por los medios de comunicación.
Hacen aparecer las actividades del CIUS y de otras organizaciones sindicales, sociales y políticas, como actividades de los disidentes de la CUT. Son estos disidentes los que – según la prensa - organizaron el primero de mayo “alternativo” para hacer un gallito con la actual dirección de esa Central.
Para nosotros está claro que los llamados disidentes no movilizaron a nadie el primero de mayo. Ellos siguen siendo parte de la CUT, solo congelaron el pago de cotizaciones.
Hay toda una operación comunicacional y política para unir lo que se ha separado. La llamada disidencia reclama elección universal de los dirigentes, pero no pone el énfasis en el pago mensual de cuotas, por ejemplo. Se trata de buscar la manera de darle una mejor cara al instrumento sindical que se guía por la orden de los partidos políticos y que no dejará de funcionar como tal, por más ajustes y maquillajes que le pongan.
Toda la pelea es para tener mejores posiciones en el escenario que viene, en ningún caso estos “dirigentes” tienen como centro los problemas no resueltos de los trabajadores.

El primero de mayo de 2017 es el momento en que más clara se marca la diferencia entre una y otra posición en el sindicalismo. Y hay que tomar nota de ello, porque lo que viene no puede ser una repetición mejorada de lo que tenemos.
Claramente hay 2 visiones de lo que debe ser una organización de los trabajadores y aunque siempre hemos de trabajar por la unidad de todos los abusados, también tenemos que tener claro que no se puede estar en los 2 lados de la mesa al mismo tiempo.

La CUT como instrumento seguirá existiendo y concitando la atención de trabajadores organizados. No solo cuenta – desde las sombras - con importante ayuda política y financiera, sino también con los espacios de difusión que le entregan los medios de comunicación al servicio del sistema.
Representa a un sector del movimiento sindical que no cree en el cambio social como una cuestión profunda y definitiva.
Es el instrumento de aquellos sectores que en el mundo entero aspiran a humanizar el capitalismo, a conseguir una que otra reformita que haga la explotación menos descarada, porque en ningún caso se plantean terminar con ella.
Es el tipo de sindicalismo promovido por los que insisten en dar el protagonismo al capital y solo le piden a éste tener mejor comportamiento con los trabajadores. No es solo la CUT pues existen otros actores menores, es una manera de ver a los trabajadores y a su organización que no aceptamos.
Entonces, con elecciones universales o no, seguirán jugando el mismo rol que hasta ahora han jugado, carro de colas de los gobiernos socialdemócratas y del capital.
Por cierto que hay dentro de esta y otras organizaciones similares, instrumentos de base que creen en los trabajadores y sus luchas, que rechazan la prepotencia y la corrupción, ajenos a las malas prácticas. Ellos deben dejar de creer que los cambios se harán desde dentro, tienen que alejarse de ese alero y buscar generar junto a otros un instrumento de clase, que represente de verdad a los trabajadores.

Aquellos que salimos a la calle el primero de mayo, convencidos de que la clase se despercudirá de su apatía y pasará a la ofensiva, debemos tener claro que con los que estamos haciendo no basta.
Tenemos la obligación de presentar claramente la propuesta y demostrar porque somos la respuesta que la clase busca.
Es valida, importante pero a todas luces insuficiente, la propaganda y el discurso encendido.
Hoy es más que nunca necesario educar y concientizar a la clase trabajadora, organizarla en instrumentos acerados, independientes, autónomos y autofinanciados, incorruptibles, profundamente anticapitalistas, para que la lucha sea fecunda.

Aspiramos a la construcción de una organización poderosa, en la que los trabajadores sean los actores fundamentales e irremplazables. Ellos y nadie en su reemplazo o por mandato, han de determinar sus autoridades, las formas de gestión y de lucha para conseguir respuestas a sus demandas.      

Vamos a trabajar por fortalecer nuestras organizaciones de base, jugarnos en la construcción de espacios donde nos escuchemos y podamos encontrar puntos en común que refuercen nuestras luchas.
Debemos tomar plena conciencia de nuestros errores y a tratar de no volver a cometerlos, porque cada porrazo retrasará el momento del cambio.

Una Central Clasista de Trabajadores es posible y más necesaria que nunca, pero no debemos apurarnos en su concreción. El mayor de los esfuerzos debe ser puesto en la  declaración de principios y su plataforma de lucha.
Lo que construyamos será para llevar a los trabajadores a la victoria.

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE