PULSO SINDICAL Nº 334 DEL29 DE
ABRIL AL 17 DE MAYO DE 2017
El acto en conmemoración del Primero de Mayo convocado por el CIUS en
Santiago, fue una actividad masiva, que igualó e incluso superó en asistencia a
la del año anterior.
Si
a esto sumamos las actividades en Talcahuano y Pucón - unidas las 3 por el
llamado clasista a construir un nuevo instrumento de organización - podríamos
concluir que la clase trabajadora desplegó sus fuerzas y avanza, rindiendo
honores a aquellos que iniciaron la lucha hace ya más de 131 años.
¿Por
qué entonces dichos actos fueron ignorados o distorsionados por los medios de
comunicación, llegando incluso a permear a algunos medios que se definen como
independientes?
Porque
no les conviene mostrar que el sindicalismo de clase, avanza. Es cierto que con
posterioridad la radio U de Chile y su diario digital han corregido tal
omisión, pero no es suficiente y hay que seguir exigiendo el término de la
censura y la discriminación.
Seamos
honestos en cuanto a decir que dicha “ignorancia o distorsión” de los medios,
no es algo que nos quite el sueño. Tenemos claro que ellos funcionan y generan
grandes utilidades gracias al avisaje de empresarios y gobierno, y no van a
poner en riesgo todo eso por dar cobertura a quienes se oponen al sistema.
Si
tienen que llamar noche al día, lo harán sin hacerse problemas.
Lo
que no nos puede dejar indiferentes es la poca o nula preocupación o
derechamente el falseamiento de datos, de algunos medios que en su momento han
reconocido el rol de los trabajadores en la sociedad y que tienen muy claro lo
que hoy está pasando en el movimiento sindical chileno. A ellos debemos
exigirles ser honestos, claros y veraces.
¿Qué
es lo que hizo posible esta cadena de desinformación que hasta el despacho de
este Pulso sigue sin ser aclarada, pero que no es casual y seguirá presente?
Pese
a la lentitud con que el proceso avanza, es para todos claros que el movimiento
sindical no es el mismo que el de hace 5, 10 o más años atrás.
Sucesivas
e importantes manifestaciones en algunos sectores de la economía nacional, han
dejado claro que la paciencia de los abusados tiene un límite y que la avaricia
de los dueños del capital lo está rompiendo.
Aún
son luchas sectoriales, con demandas concretas que una vez satisfechas – aunque
sea en parte - apaciguan el movimiento,
pero cada nuevo garrotazo de los poderosos tensa las fuerzas y las pone
nuevamente en acción.
Las
sucesivas reformas laborales, que han abierto más y más posibilidades de abusos
a la patronal, la pasividad con que el sindicalismo oficialista ha actuado -
llegando incluso a estar de acuerdo con el grueso de dichas reformas – han ido
generando un descontento manifiesto, que en ocasiones permitió expresiones
concretas de rechazo, así como la gestación de instrumentos de unidad que
tienen como base la reivindicación del clasismo.
Si
a eso agregamos el pobre espectáculo dado por la CUT - la central oficialista
que después de ver declaradas nulas sus últimas elecciones por fraude
electoral, intenta desesperadamente y sin éxito recuperar protagonismo –
tendremos algunos elementos que explican el porqué de esta descarada omisión de
los medios de comunicación el pasado 1 de mayo. Había que mostrar a la CUT como
el único referente sindical existente en el país.
Y
para ello desfilaron, junto a los miles de militantes de la Nueva Mayoría,
ministros y parlamentarios de gobierno. El espectáculo estaba garantizado
Hacen
aparecer las actividades del CIUS y de otras organizaciones sindicales,
sociales y políticas, como actividades de los disidentes de la CUT. Son estos
disidentes los que – según la prensa - organizaron el primero de mayo
“alternativo” para hacer un gallito con la actual dirección de esa Central.
Para
nosotros está claro que los llamados disidentes no movilizaron a nadie el
primero de mayo. Ellos siguen siendo parte de la CUT, solo congelaron el pago
de cotizaciones.
Hay
toda una operación comunicacional y política para unir lo que se ha separado.
La llamada disidencia reclama elección universal de los dirigentes, pero no
pone el énfasis en el pago mensual de cuotas, por ejemplo. Se trata de buscar
la manera de darle una mejor cara al instrumento sindical que se guía por la
orden de los partidos políticos y que no dejará de funcionar como tal, por más
ajustes y maquillajes que le pongan.
Toda
la pelea es para tener mejores posiciones en el escenario que viene, en ningún
caso estos “dirigentes” tienen como centro los problemas no resueltos de los
trabajadores.
El
primero de mayo de 2017 es el momento en que más clara se marca la diferencia
entre una y otra posición en el sindicalismo. Y hay que tomar nota de ello,
porque lo que viene no puede ser una repetición mejorada de lo que tenemos.
Claramente
hay 2 visiones de lo que debe ser una organización de los trabajadores y aunque
siempre hemos de trabajar por la unidad de todos los abusados, también tenemos
que tener claro que no se puede estar en los 2 lados de la mesa al mismo
tiempo.
La
CUT como instrumento seguirá existiendo y concitando la atención de
trabajadores organizados. No solo cuenta – desde las sombras - con importante
ayuda política y financiera, sino también con los espacios de difusión que le
entregan los medios de comunicación al servicio del sistema.
Es
el instrumento de aquellos sectores que en el mundo entero aspiran a humanizar
el capitalismo, a conseguir una que otra reformita que haga la explotación
menos descarada, porque en ningún caso se plantean terminar con ella.
Es
el tipo de sindicalismo promovido por los que insisten en dar el protagonismo
al capital y solo le piden a éste tener mejor comportamiento con los
trabajadores. No es solo la CUT pues existen otros actores menores, es una
manera de ver a los trabajadores y a su organización que no aceptamos.
Entonces,
con elecciones universales o no, seguirán jugando el mismo rol que hasta ahora
han jugado, carro de colas de los gobiernos socialdemócratas y del capital.
Por
cierto que hay dentro de esta y otras organizaciones similares, instrumentos de
base que creen en los trabajadores y sus luchas, que rechazan la prepotencia y
la corrupción, ajenos a las malas prácticas. Ellos deben dejar de creer que los
cambios se harán desde dentro, tienen que alejarse de ese alero y buscar
generar junto a otros un instrumento de clase, que represente de verdad a los
trabajadores.
Aquellos
que salimos a la calle el primero de mayo, convencidos de que la clase se
despercudirá de su apatía y pasará a la ofensiva, debemos tener claro que con
los que estamos haciendo no basta.
Tenemos
la obligación de presentar claramente la propuesta y demostrar porque somos la
respuesta que la clase busca.
Es
valida, importante pero a todas luces insuficiente, la propaganda y el discurso
encendido.
Hoy
es más que nunca necesario educar y concientizar a la clase trabajadora,
organizarla en instrumentos acerados, independientes, autónomos y
autofinanciados, incorruptibles, profundamente anticapitalistas, para que la
lucha sea fecunda.
Aspiramos
a la construcción de una organización poderosa, en la que los trabajadores sean
los actores fundamentales e irremplazables. Ellos y nadie en su reemplazo o por
mandato, han de determinar sus autoridades, las formas de gestión y de lucha
para conseguir respuestas a sus demandas.
Vamos
a trabajar por fortalecer nuestras organizaciones de base, jugarnos en la
construcción de espacios donde nos escuchemos y podamos encontrar puntos en
común que refuercen nuestras luchas.
Debemos
tomar plena conciencia de nuestros errores y a tratar de no volver a
cometerlos, porque cada porrazo retrasará el momento del cambio.
Una
Central Clasista de Trabajadores es posible y más necesaria que nunca, pero no
debemos apurarnos en su concreción. El mayor de los esfuerzos debe ser puesto
en la declaración de principios y su
plataforma de lucha.
Lo
que construyamos será para llevar a los trabajadores a la victoria.
MANUEL
AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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