PULSO SINDICAL Nº
287 - DEL 17 AL 31 DE JULIO DE 2015
….
ven, ven conmigo, ven con todos
los que a ti se parecen, los más sencillos.
Ven, no sufras, ven conmigo,
porque aunque no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos, y es ésta la palabra:
no sufras porque ganaremos,
ganaremos nosotros, los más sencillos
ganaremos, aunque tú no lo creas,
ganaremos.
De “Oda al
hombre sencillo”, Pablo Neruda
¿Como no escuchar
en cada lucha las palabras del poeta?, ¿No es posible acaso extraer de cada
párrafo, de cada verso, de cada trozo de vida escrita, las lecciones, las
enseñanzas, la convicción que guíe nuestro trabajo diario?.
Seguramente
las organizaciones nacieron después de un gran esfuerzo, convencidos sus gestores
de que ganarían la batalla contra el abuso, contra el capital, la mentira, el
oportunismo, el acomodo, contra todos los males insuflados por el sistema
capitalista, males en los que muchos aún siguen cayendo. No importa. Ganaremos,
es la certeza.
Lo que no
escribió Pablo Neruda, o quizás si lo escribió y aún no lo encontramos
entre tantas letras verdes, es que para
ganar se requieren no solo los deseos y las convicciones - que son importantes
pero insuficientes - sino por sobre todo fuerza real, activa y decidida, masa
en ebullición permanente, grandes y poderosas organizaciones que acompañen al
discurso y la proclama.
Compañeras,
compañeros. No basta despreciar con claridad a quienes nos han humillado por
centurias, ni siquiera escribirlo con
todas su letras. Para detenerlos, arrinconarlos, derrotarlos, hace falta fuerza
viva y activa, trabajadores y pueblo organizado y dispuesto, activistas que
amalgamen correctamente la palabra con la acción, permanentemente en contacto
con el pueblo, aprendiendo de los avances y retrocesos.
Cualquiera
sea el sector donde se actúe, la formula será siempre la misma. Educar por que
sin el conocimiento de la historia estaremos truncos. No lograremos conmover a
los que se inician, si estos no saben como se ha construido. No los ganaremos
para la causa popular por que por ahora tiene mas fuerza, mucha mas fuerza la
maquinaria del consumo y la individualidad. O educamos o nos morimos.
Un pueblo
educado, conciente, es capaz de construir organizaciones y luchar sin pausas
por sus anhelos. Unos y otros, en esta gran familia popular que se estructura,
irán dando forma al proyecto de sociedad que anhelan.
Proyecto
que debe ser construido por todos, con respeto, poniendo atención a cada
propuesta, moldeándola hasta que madure para luego aprobarla en un gran
encuentro.
Más que
nunca necesitamos romper el enorme muro de concreto construido por los dueños
del capital y sus servidores, que lesionan gravemente, matan y quedan impunes e
ignoran hasta sus mugrosas leyes, porque nadie los sanciona.
Aunque se
sabe, lo reitero hasta aburrir. La conciencia de clase no se construye solo con
declaraciones grandilocuentes, ni siquiera con marchas periódicas de cientos de
miles, tampoco con acciones de poca monta que asustan más que motivan.
Y es que
aún no está madura la cosa, aún no se rompe con el miedo, las llagas y los dolores
que dejó la dictadura. Quienes quieren al pueblo deber ir con él y escucharlo
Hace
algunos días y luego de un debate público entre sectores que difieren dentro
del mismo movimiento, se puso termino a una larga paralización de los profesores.
Seamos
claros. El gobierno no retiró el proyecto y el paro se bajó. Rabo y cola para
el gobierno.
A sacar las
lecciones y reiniciar el camino. El día en que TODOS los que están vinculados a
la educación unan sus demandas en una sola petición, ese día el sistema
temblará. Y esto aplica para todos.
Nos siguen
matando.
Desde antes
de Santa María que nos matan, cada vez que levantamos la cabeza y miramos de
frente, arrojan sus disuasivos, dan de golpes y si pese a todo persistimos,
corren bala y matan.
Y a pesar
de eso no reaccionamos como corresponde.
Se amenazó
al gobierno con un paro si se aprueba una reforma piñufla al Código del Trabajo
que está en discusión, pero no se hizo ningún llamado cuando mataron a Nelson
Quichillao.
Un ex
dirigente sindical renuncia a un cargo que generosamente le entregó este
gobierno. Se habla de dignidad y es probable que el involucrado se haya
comportado dignamente, ¿pero que hizo antes, si pasaba lo mismo?.
¿Si renunció
a su cargo porque mataron a Nelson ¿ por que aceptó la designación cuando ya
habían muerto a Juan Pablo Jiménez y aún no hay responsables de ese asesinato?
¿No sabía que el trabajador forestal Rodrigo Cisternas también murió en una
huelga por balas de carabineros?.
¿Ignoraba
que Matías Catrileo fue muerto de un balazo en la espalda, que a Manuel
Gutierrez lo asesinaron en una protesta en el 2011 a los 16 años y que Jose Huenante también de 16 años, está
desaparecido en Puerto Montt desde septiembre del 2005?
No solo lo
sabe él, lo saben todos. Los que rindieron las banderas hace tiempo y los que
por acceder a espacios hasta hace poco vedados se han ido olvidando de la
dignidad y la moral.
Como decían
los viejos en la pobla y el sindicato. O somos o no somos.
No dudo que
todos y cada uno de los que han estado y están al frente y junto a las luchas
populares, lo hacen por convicciones profundas. Lo que cuesta entender es que
algunos hayan mutado hacía un estado de cierta permisividad que parece
impedirles hablar con franqueza y convicción, algo que les inhibe llamar mugre
a la mugre.
Estas
semanas los militantes del CIUS han seguido trabajando por llegar con su
mensaje a los trabajadores. Un mensaje intransigente dirán algunos y sin
embargo es el único camino. El que devolverá a los trabajadores la confianza en
sus organizaciones.
Es que no
hay nada que negociar, no hay reforma que valga cuando se niega a millones
derechos humanos mínimos. Manténgase firme CIUS, no baje sus banderas, no vaya
a instalarse en mesas que solo confunden, exija al Estado que asuma su
obligación con los que poco o nada tienen.
Y usted que
lee el Pulso intégrese a la lucha haciendo suya la invitación del CIUS y sus
organizaciones.
REBELESE
CONTRA EL SISTEMA.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE