PULSO SINDICAL Nº
286 - DEL 09 AL 16 DE JULIO DE 2015
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este comentario semanal haciendo mención a la suspensión de la huelga de hambre
que llevaban adelante los ex presos políticos, en diferentes ciudades del país.
Un paso necesario habida cuenta del deterioro que se va produciendo en el
cuerpo un ayuno prolongado.
Es terrible
y doloroso que se deba recurrir a estas acciones para sensibilizar a las
autoridades políticas del país, las mismas que con premura salen a criticar
estos movimientos cuidándose de reconocer que ellas son responsables de los
mismos, por la indolencia y el desdén con el que tratan problemas que se
acumulan por años, desinterés que se ha ido traspasando a la comunidad y sus
organizaciones.
Vean lo que
está pasando con quienes llevan semanas y semanas de paro en las obras de las
nuevas extensiones del Metro y verán que tengo razón.
Todos los
“expertos” opinando del desarrollo de alternativas para terminar con la
congestión vehicular y el hacinamiento en el transporte público, sin embargo a
quienes estaban trabajando en las obras del Metro se les rechazan demandas, no
disponen de condiciones mínimas de seguridad laboral y se les empuja a acciones
de cualquier tipo para llamar la atención de los responsables.
Hay que
imitar la acción del CIUS del 11 de
julio recién pasado, cuando decenas de dirigentes sindicales llegaron a
conversar con los huelguistas.
No podemos
perder la solidaridad, no podemos extraviar la capacidad de indignarnos ante el
abuso al que se somete a muchos.
Claro, no
es solo este gobierno el responsable de todos los desaguisados, vienen desde
muchas administraciones atrás. Se ha rebalsado el dique que por años acumuló
frustraciones y ya es hora de tomar otras decisiones.
Las
demandas no resueltas del pueblo mapuche, de los pobladores allegados y de los
deudores habitacionales, la valiente lucha de los profesores que deben pelear
contra un gobierno que se niega a escuchar sus demandas y también contra algunos
dirigentes que buscan desesperadamente asirse a un acuerdo político para
terminar el paro.
El rechazo
a las reivindicaciones de quienes trabajan en el sector portuario, los
pescadores artesanales, el subcontrato, los forestales y otros, son la prueba
mas clara que no habrá soluciones por la vía de la instalación de mesas de
dialogo o instrumentos similares, ideados por el sistema para dilatar y
finalmente agotar a los que reclaman soluciones.
Si nos
lanzan un escupitajo en la cara reaccionamos, como se hace ante los puntapiés y
los golpes sin razón. Cuando hay rechazo hasta a las demandas más pequeñas, no
se puede seguir teniendo rabia para adentro. Hay que reaccionar y tiene que ser
algo masivo, imposible de ser silenciado. Todos y a un mismo tiempo, a fin de cuentas
todos los despreciados reciben la respuesta de un patrón común. El capital.
Ante las
cosas que pasan y los resultados que se producen, va quedando la impresión que
los poderosos nos tienen tomado el pulso.
Miren lo
que regularmente sucede.
Si hay una
demanda y no se responde a ella se desarrollan acciones, hay movilización y se
logra concitar la atención, pero rápidamente la contraparte actúa y la neutraliza.
Corrompe a
algunos de los que dirigen, consigue que los medios de comunicación silencien
el conflicto, logra luz verde para la represión o bien termina instalando las
inoperantes mesas de dialogo, que poco o nada avanzan en la búsqueda de
resultados efectivos. Sea en el sector privado o público, el resultado es muy similar.
¿Como no
entender entonces el escepticismo de la gran mayoría?
Es por los
arreglos a escondidas, por la suscripción de colectivos sin acuerdo de la
mayoría, por la renuncia intempestiva de dirigentes que impulsaron la lucha y
por un montón de otras cosas que la gente se ha ido alejando de las
organizaciones sean estas sindicales sociales o políticas.
El
adversario es poderoso y no podemos mirarlo en menos.
No solo
dispone de muchos recursos, también ha comprado conciencias y votos ¿ si no
como explicar que haya instalado tantas leyes que nos perjudican?,
Por eso la
pelea no puede seguir siendo solo sectorial, por mucho que las demandas
difieran unas de otras.
Concedamos
que mientras algunos luchan por un sueldo digno y justo, otros lo hacen por
aumentar unos u otros bonos. Aquí el pago de locomoción y colación, allá
mejores garantías en vacaciones y salud.
¿Pero acaso
no seguimos todos siendo explotados, abusados, discriminados, minimizados por
el patrón dinero?
Puede que
las exigencias sean distintas, que mientras unos han asegurado parte de su
futuro los otros apenas aspiran a poder llegar a fin de mes sin ver sufriendo a
su familia por carencias básicas. Pero hay algo que no cambia, son
trabajadores, y en algún momento de su vida todos o casi todos pasaron por
limitaciones similares.
¿No sería
correcto que los que están mejor apoyen a los que tienen poco?.
Porque si
en una faena o en una empresa cualquiera el contratado y el subcontratado hacen
lo mismo, deben recibir igual remuneración por trabajo igual.
Si TODOS
los trabajadores organizados (que son pocos) se unieran en una causa común, es
mas que seguro que los incrédulos, los desconfiados volverían a ver con buenos
ojos a la ORGANIZACIÓN.
Entonces un
buen paso sería cambiar los métodos en la gestión. Volver al control de las
finanzas, a la capacitación sindical, promover el trabajo de las comisiones
revisoras, generar los fondos de resistencia.
No
dejaremos de insistir en que se puede hacer el cambio.
¿Y cuando
se haga que?
Bueno,
entonces habrá que comenzar a confrontarse con el adversario de clase y exigir
al Estado. Habrá llegado la hora de rebelarse contra el sistema.
Tenemos
derechos irrenunciables, nos fueron quitados y deben ser restituidos.
Tenemos
derecho a vivir dignamente y hay que lucha sin renunciar hasta conseguirlo.
El CIUS
está preparando una jornada para el 6 de Agosto. Hazte parte de ella, pregunta
como puedes participar. REBELATE CONTRA EL SISTEMA.
MANUEL
AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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