domingo, 17 de diciembre de 2017

PULSO SINDICAL Nº 348 DEL 0I AL 15 DE DICIEMBRE DE 2017

Es cierto, se nos pasó la fecha por algunos días pero, como entonces, hoy decimos que nunca la hemos olvidado. Es solo que tanta cosa a veces no deja siquiera el mínimo espacio para reflexionar un momento sobre lo vivido. 
Son muchos quienes marcan caminos en una organización. Los que siempre están primeros para llevar las banderas, aquellos que no importando que tengan que hacer acuden si se les requiere y también los que desde su mundo apoyan la causa sindical, entregando sus conocimientos.
Elisa María Lagos Neumann apoyó entusiastamente el proyecto de entregar conocimientos a los hijos de los trabajadores. Hizo traer a la oficina su piano y cada sábado a las 10 de la mañana recibía a los hijos de los trabajadores que aprendían  jugando con las teclas blancas y negras.
Hace 10 años el piano guardó silencio, un 29 de noviembre Elisa se marchó sin darnos su último concierto pero nos dejó las salas de trabajo llenas de música, música que cuando menos lo pensamos se desprende de los muros para decirnos que sigue con nosotros.

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El 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. 
La Asamblea recomendó a todos los estados miembros que “publicaran el texto de la declaración y procuraran que fuese divulgada, expuesta, leída y comentada, principalmente en las escuelas y demás establecimientos de enseñanza sin distinción alguna, basada en la situación política de los países o de los territorios “.
Tal parece que, a pesar del tiempo transcurrido y ante su permanente desconocimiento y violación dicha Declaración Universal no ha sido divulgada, expuesta, leída, ni comentada en el grueso de los países.

Se ha trasformado en bandera justa y digna de quienes exigen  su cumplimiento, pero no pocas veces este compromiso se ha visto acotado a aquellos casos de privación de libertad, desaparición y ajusticiamiento de ciudadanos.
La Declaración  no es conocida por el común de la población y su difusión no es tarea prioritaria y permanente de los defensores de los derechos humanos. Nada que tenga implícita la violación a los derechos de las personas debiera quedar al margen.
Al cumplirse por estos días 69 años desde entonces, es necesario seguir impulsando iniciativas para terminar de una vez con la represión a los ciudadanos y las secuelas que ésta  arrastra.
También se hace perentorio avanzar en el estudio y la denuncia sobre el incumplimiento a normas como el derecho a la libertad de expresión, la explotación y el abuso de los niños, las condiciones de trabajo de las mujeres, de los trabajadores migrantes y sus familias y de quienes venden su fuerza de trabajo en forma permanente o temporal.        

La educación y la salud, el acceso a la recreación y la cultura son derechos irrenunciables de toda la población de un país y hay que luchar sin descanso por que se cumpla con todos ellos.
Más allá de lo que algunos digan, cada día son más los millones de individuos que  ven violados sus derechos humanos en forma permanente y no se ve en los gobiernos una disposición clara a corregir estas deficiencias. 
En Chile no se cumple con lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos  Humanos y en algunos casos, su violación es simplemente descarada. El hecho que compatriotas nuestros se encuentren en la pobreza y haciendo esfuerzos para sobrevivir es la prueba más nítida de la afirmación anterior. 

Es quizás en el marco laboral donde menos se ha profundizado el trabajo sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No es materia prioritaria en ninguno de los niveles de la organización sindical, (sindicatos, federaciones, confederaciones y centrales), y solo es recordado en la fecha que indica la agenda.

Siendo clara y expresa la Declaración en sus artículos, no se incentiva el estudio ni el trabajo estadístico, no se analiza el impacto en los derechos del trabajador, provocado por el nivel de los empleos y el volumen de las remuneraciones.
La lectura de algunos artículos de la Declaración que a continuación presentamos, aunque lo restringimos a lo laboral, es la mejor reafirmación de lo que expresamos, y también un llamado a generar un instrumento de evaluación y denuncia permanente para la defensa de los derechos humanos de nuestros compatriotas.

Articulo 23
1.-“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias  de trabajo y la protección contra el desempleo.
2.- Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna,  a igual salario por trabajo igual.
3.- Toda persona  que trabaje tiene derecho a una  remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4.- Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para las defensas de sus intereses.

Articulo 24
“Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”.

Articulo 25
1.- Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos  de perdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2.- La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados  y asistencia especial. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Estos 3 artículos, de un total de 30 de los que consta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, son la demostración más clara de que nuestro país no la respeta a cabalidad.
Son además elementos suficientes para llamar a los trabajadores y sus dirigentes a perseverar en la lucha por el respeto irrestricto de la misma.


                                                                                            MANUEL AHUMADA LILLO 
Presidente C.G.T CHILE 

sábado, 18 de noviembre de 2017

PULSO SINDICAL Nº 346 DEL 0I AL 15 DE NOVIEMBRE DE 2017

El 30 de Octubre falleció el trovador uruguayo Daniel Viglietti, uno de los grandes autores y cantores de este pueblo en lucha, de aquellos que se la jugaron toda por la causa de los más desvalidos,  los sufrientes, el pueblo abusado y explotado.
Un uruguayo patriota e internacionalista, contemporáneo de Benedetti, Zitarroza y de tantos que con su canto y poesía, nos dejan claro que no nos equivocamos al elegir el camino por el que transitamos.
Todos, en todas partes, rindieron justo tributo a Viglietti y su compromiso y me uno a ello.

Pero también quiero hablar de una compatriota de Viglietti, que muy pocos han de conocer. Estuvo por años en nuestro país trabajando como garzona en diferentes establecimientos. Dueña de una sonrisa acogedora, cumplía a cabalidad con las normas de la vieja escuela del servicio de mesas. Capaz de sacar una sonrisa del que descansa un rato de sus problemas, dar una opinión si le es solicitada y sugerir lo mejor de la carta diaria.
Honrar la memoria de la compañera Juana A. Osorio Viera,  quien falleció acompañada de su familia en Uruguay. Les abrazamos a todos a la distancia.
Una trabajadora, como muchas que se la juegan día a día y que nunca deben ser olvidadas.

Este Pulso comienza a ser preparado para despacho algunas horas antes de que se repita una ceremonia que, de tan repetida en forma y fondo, no ofrecerá mayores sorpresas en su resultado final. 
Quien se cruce la banda presidencial al final del actual proceso electoral, será el fiel reflejo de lo que hemos vivido en todo este tiempo de “democracia”. La respuesta a los anuncios y promesas de campaña,  serán finalmente leyes deslavadas que solo maquillaran el sistema de explotación capitalista en el que vivimos. Cualquiera sea el resultado final en presidenciales y parlamentarias, tengan la certeza que las cosas se mantendrán prácticamente sin variación.
No verán luz aquellas propuestas que se hicieron para captar votos y a lo más, se culparan unos a otros por no lograr avances. Es la mala política, la putrefacta y mala política.
Solo es posible augurar un futuro distinto, si los que votaron se deciden a fiscalizar a quienes eligieron, sancionando el incumplimiento y los que no votaron materializan su discurso de combatir al enemigo histórico con hechos concretos.
En la trinchera que usted haya estado - votante, abstencionista, nulo o no participante – ya no hay más que hacer. Es hora de salir a construir la alternativa real. 

Organización desde la base es la tarea y de esto nadie puede quedar al margen. Sindicatos y otros instrumentos de organización de trabajadores y ciudadanos  deben ser la respuesta de los abusados. En el colegio, el barrio y los lugares de trabajo, todos debemos organizarnos. 
Cuando demos este paso, vital para romper con el individualismo, podremos pasar a una nueva etapa que es la de incidir de forma efectiva en los destinos del país.
Lo que pasa ahora no es culpa nuestra, así lo planificaron los que se reparten el poder incluso desde antes de la dictadura.  Es lo mismo que se vivía cuando el voto era obligatorio. Es la desesperanza la que nos está ganando, ese es el adversario a derrotar.
Ellos, los dueños del poder, utilizan todos sus instrumentos para decirle a nuestro pueblo  que les corresponde dictar las pautas y el pueblo, incauto y desinformado, les cree.
Pamplinas. Si nos dedicáramos a educar a los que están privados de todo, seguro que la cosa cambia. La cuestión es entender que educar es conversar con los ciudadanos en sus lugares de trabajo, las estaciones de Metro y los buses, en los barrios y los colegios.
Publiquemos boletines, periódicos, usemos el internet, las redes, para mostrar que implica construir una sociedad más justa para vivir.
El mal sistema permanecerá vigente y activo mientras nos dediquemos solo a lamentarnos de lo mal que está todo. Es la gran lección que hay que sacar para no volver a tropezar con la misma piedra.

Cuando detuvieron a los hijos de Sebastián Acevedo Becerra el 9 de Noviembre de 1983, pocos fueron los que levantaron la voz para condenar esta atrocidad, una más de una dictadura perversa a la que algunos como Kast le rinden tributo.
Sebastián Acevedo se sabía solo, pero eso no lo amilano. Durante dos días golpeo las puertas de cuartes exigiendo una respuesta, exigía la libertad de sus hijos. No tuvo respuesta.
El 11 de noviembre, en las puertas de la catedral de Concepción, roció su cuerpo con combustible y demandó a voz en cuello, por última vez, la libertad de sus hijos. Al silencio respondió con una chispa que inflamó sus ropas y se inmoló. Entre gemidos y gritos su cuerpo fue cubierto por las llamas. Horas después sus hijos aparecieron con vida.
Sebastián Acevedo dio su vida por encontrar a sus hijos, no pudo conversar y vivir con ellos, pero su ejemplo debe motivarnos a darlo todo por aquello en lo que creemos.
El mejor homenaje a este héroe popular debe ser, sin duda, luchar con todas las fuerzas y sin medir las consecuencias por aquello en lo que se cree.

Y así como honramos a los que cayeron, no podemos dejar de recordar a todos los que durante toda su vida se la jugaron por convencer a los trabajadores de que había que organizarse y pelear unidos, si es que se quería un futuro mejor.
Clotario Blest Riffo fue uno de ellos. Nacido un 17 de noviembre de 1899, desde muy joven se empecino en buscar respuestas a la clara diferencia de clases que imperaba en el país y a buscar la forma de explicar a los explotados que habían mecanismos para vencer al que sojuzgaba. 
Trabajador público, promovió el deporte, el estudio, la solidaridad, la entrega sin límites y logró ser parte importantísima en la construcción de la Central Única de Trabajadores de Chile. 
Nunca dejó de decir lo que pensaba, así se hiciera de enemigos. Campeón de la unidad, se encargó de dejar claro que antes que la pertenencia a un partido o movimiento, los trabajadores debían hacer sus máximos esfuerzos para construir, sostener y engrandecer la organización que los cobijaba.

Por el recuerdo y la memoria, porque ninguna lucha a favor de los trabajadores es una pelea perdida, porque tenemos claro que la legalidad más que ayudar se transforma en una camisa de fuerza si nos ceñimos a ella como un dogma, por eso y más es que apoyamos e incentivamos la organización de la clase trabajadora.
Es cierto que a los trabajadores aún les complica el concepto clase, que no logran ver que el lobo aunque vestido de oveja sigue siendo el depredador de siempre, pero debemos perseverar. 

¿Quién dijo que sería fácil explicar a los abusados que es y cómo daña el capital, como afecta a sus familias y a toda sociedad?  

Es una pelea de largo aliento y cuando podamos constituir la Central Clasista de Trabajadores, solo estaremos dando el primer paso. 
Tengamos claro que deberemos caminar mucho tiempo hasta hacer de la clase un actor a considerar.

Adelante pues, que queda mucho trecho por cubrir, derribemos las barreras del sectarismo y hagamos de verdad la unidad, para que así la clase pueda reconocer, sin duda alguna, donde están los que la defienden y se la juegan por ella. 

Así de grande y hermoso es el desafió.

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE 

domingo, 5 de noviembre de 2017

PULSO SINDICAL Nº 345 DEL 16 AL 31 DE OCTUBRE DE 2017

PULSO SINDICAL Nº 345 DEL 16 AL 31 DE OCTUBRE DE 2017

Mucha alegría y emoción se reflejó en los semblantes de las decenas de dirigentes que nos acompañaron a inaugurar oficialmente nuestro Centro Recreacional en la localidad de Ventanas y que puso el broche de oro a las actividades de nuestro aniversario N° 36.
Concluye exitosamente uno de los grandes desafíos que nos impusiéramos cuando comenzamos a hablar de hacer sindicalismo “con y para los trabajadores”. Nos propusimos retomar las antiguas tradiciones de la organización sindical, educar en los derechos y en los deberes, combatir en la medida de lo posible los vicios instalados por el capital.
Explicar a los nuestros que nada va cambiar si ellos no se hacen parte de las luchas que debe dar la organización. 
Vemos la acción sindical como continuación de la familia, pues los organizados no son máquinas sino seres humanos que junto a sus cónyuges e hijos, buscan dar respuestas a diversas preocupaciones no solo en lo económico sino también en lo social y eso lo encuentran en la relación familiar y en el sindicato.

Avances y retrocesos hemos tenido, más aun considerando que en estos tiempos del Siglo XXI son muchos los que creen que sin sindicatos las cosas funcionan mejor y que los patrones darán de buena fe lo que se pide, si es que disponen de los medios para hacerlo.
Eso no es así y fue uno de los motivos que nos impulsaron a mantener y mejorar el trabajo de nuestra Escuela Sindical Luis E. Recabarren. Por eso estamos orgullosos de haber entregado sus diplomas de participación a 15 dirigentes - alumnos y constatar que están dispuestos a apoyar el trabajo de la organización nacional, para seguir engrandeciéndola.
Importante es saludar y destacar el aporte de cada uno de los instructores que, quitando horas a su escaso tiempo disponible, apoyaron este camino de formación de trabajadores y dirigentes.
No es cierto que todo está perdido, ni que el capital ganó la partida, menos que solo nos queda tomar asiento para ver cuando nos llega algo del chorreo.
Al contrario, hoy es más válido que nunca aquello de que solo la organización y la participación activa nos dará lo que de justicia merecemos. Ese y no otro es el rol de un sindicato clasista y nos sentimos orgullosos de estar en este lado de la cancha.   

Muchos de nuestros proyectos y demandas no hubieran visto la luz sin el apoyo irrestricto de muchos profesionales amigos de los trabajadores, quienes dejando de lado el factor económico, nos apoyaron en este camino. Rafael Carvallo, Ricardo Diaz, Jorge Blas Morales, Sergio Frigolett, Rosa Vergara, Maria Pauchard, la Defensoría Popular de los Trabajadores por nombrar algunos, tendrán siempre un lugar en nuestro corazón sindicalista.
En este momento de recuerdos y reconocimientos es una obligación no olvidar a los sindicatos de la empresa ALFIN, que gestionaron apoyos y alimentación diaria cuando apenas si teníamos para pagar el arriendo de una sede.
Destacar también al Sindicato del Hogar de Cristo que nos facilitó acceder al espacio y darle la forma que ahora tienen las cabañas de veraneo.
Si contamos con nuestra sede propia,  amplia y dispuesta para todos, es porque nos fue heredada por el Sindicato N° 1 del Hotel Carrera, una de las más grandes muestras de solidaridad obrera, solidaridad que nos esmeramos en profundizar al poner nuestras instalaciones al servicio de toda la clase trabajadora. 
¿Y acaso podríamos dejar fuera de las menciones a nuestro gran amigo y compañero Jorge Long Prunes y su estudio jurídico (con especial mención a Paula) quienes se esmeraron por tramitar y validar los documentos para que la sede social y el centro recreacional sean patrimonio de nuestra querida CGT?

Todos ellos y otros a los que pudimos omitir sin mala intención, han posibilitado con su trabajo y apoyo, que nuestra Confederación esté en el sitial que se encuentra.
Por eso no nos queda más que comprometer nuestros mayores esfuerzos para seguir por el camino que escogimos, el camino del sindicalismo de clase.

LOS TRABAJADORES, EL PUEBLO Y LAS ELECCIONES

En algunos días más se elegirá un presidente de la república además de senadores y diputados.
Como viene sucediendo desde hace ya bastante tiempo, el grueso de la población demuestra ”no estar ni ahí” con la oferta hecha por las coaliciones y la única cuestión por resolver es si los votos a favor permitirán al que va primero en las encuestas, ganar en primera vuelta.
Los de aquí y los de allá ocupan todos los espacios disponibles con sus rostros, slogans y jingles. Muchos besitos, sonrisas, uno que otro regalito, algunas letras en papel cuché y nada más. Nada cambiará salvo el color político de las autoridades.
Candidatos ligth prometiendo esto y lo otro, sin interés en cambiar el estado actual de cosas, salvo una que otra manito de gato que al final dejará todo tal cual está

Con mucha labia apelan a la participación y se quejan amargamente del poco interés de las personas. Acusan falta de conciencia cívica, buscan mil y una excusas, pero se cuidan mucho de decir QUE ELLOS SON LOS RESPONSABLES DE LO QUE PASA.
En efecto, parecen olvidar que se reunieron en secreto con la dictadura y concordaron un camino, con el aval de la Iglesia y Estados Unidos, que pusiera término a la presión milica,  a cambio de tocar poco o nada el edificio instalado por los golpistas.
Algunos estuvieron descontentos un par de años, pero hoy todos son parte del show.
Y la gente se compró el cuento durante varios procesos electorales hasta que de repente le cayó la teja de los estaban estafando.

De los grandes cambios ofrecidos, un ajuste por aquí y uno por allá y pare de contar.
En lo que respecta a los trabajadores sus cambios están a la vista.
Polifuncionalidad, Flexibilidad y Precarización. Dificultades para negociar y constituir sindicatos. ¿Y es de eso que se sienten orgullosos?
¿Esto es esto lo que se están comprometiendo a profundizar?.

Por eso que no se les cree. No le echen la culpa a quienes les critican, ni se justifiquen con que el sistema no les permite avanzar más. Son ustedes los únicos responsables de que el pueblo no participe.
Son una casta que no quiere soltar las regalías que les entrega el capital, solo luchan de la boca para afuera pues están muy contentos con lo que tienen.
¿Qué hacer entonces?
Algunos llaman a no votar, pero no proponen alternativas y eso deja incompleta la propuesta.
¿Cambiará algo si mañana vota menos del 40% de la población?
NO. Solo corremos el riesgo de que los militantes cautivos, junto a familiares amigos y conocidos de los candidatos terminen definiendo que se hace y que no se hace en el país.

Es claro que son muchos los descontentos por que votaron por fulano o por fulana y nada de lo que prometieron se cumplió.
La gran mayoría de los ofertantes no tiene la menor intención de cambiar el estado actual de cosas. Corresponderá a los propios votantes estar pendientes de controlar las propuestas que se les hicieron y desenmascarar a los mentirosos.
Ese control se hace de buena manera, desde la organización social y desde el Sindicato. Partamos controlando y al mismo tiempo engrandezcamos la organización, hasta que lleguemos a entender que está en nosotros, solo en nosotros, en la mayoría de los que poco o nada tenemos, instalar en los cargos de representación popular a nuestros representantes.
No estoy llamando a los trabajadores a votar por cualquier pelafustán, los estoy invitando a que participen informados.

Si no van a votar que sea una opción basada en el descontento profundo y en el rechazo total a este sistema, pero también pensando en cuál será la alternativa a construir, porque lo que es claro es que no votar y sentarse a esperar no es el camino, solo le sirve al sistema.

Si la opción es votar, marque un candidato y controle la gestión del elegido. Al mismo tiempo engrandezca la organización en la que participa o ingrese a una si aún va por ahí solito.
Si los que le ofrecieron cambiar la sociedad no le cumplen, en la próxima ocasión que los candidatos salgan de las propias organizaciones para hacer los cambios.

Sea una u otra la opción que lo represente, tenga en claro que si usted no participa, todo seguirá igual.


MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T CHILE

jueves, 26 de octubre de 2017

PULSO SINDICAL EXTRA N° 27

PULSO SINDICAL EXTRA N° 27

La organización que presido con orgullo, cumple 36 años el 31 de Octubre y la saludo desde este Pulso Sindical, que es leído y distribuido por miles de compañeros. 36 años de compromiso total con la clase trabajadora y sus aspiraciones. Años de esfuerzo y sacrificio de muchos, que se ven engalanados con logros concretos en todas las áreas del trabajo sindical. Deportes, Recreación, Cultura, Formación y Capacitación, Actividades con los Asociados.
No hay espacio donde no hayamos trabajado y los logros obtenidos en este tiempo son producto de nuestro esfuerzo, de todos los que fuimos y somos  CTGACH, COTIACH, MOSICAM y hoy CGT. Ciertamente nos equivocamos más de una vez en todo este tiempo, pero supimos rectificar. Fuimos perseguidos y discriminados por no aceptar órdenes de nadie. Nos intentaron silenciar por llamar las cosas por su nombre, pero nada nos doblegó.
Tuvimos y tenemos el cariño de miles de compañeras y compañeros a lo largo de nuestro país.
Aprendemos de los éxitos y los errores, es lo que nos permite entregarnos  con más fuerzas a la lucha de nuestra clase y eso no variará por muchos años que pasen.

Nuestra mayor fuerza ha estado radicada en la negociación colectiva. Tenemos claro que el objetivo final es el cambio de sociedad porque ésta en la que vivimos no respeta nuestros derechos humanos, pero no olvidamos ni por un momento que la lucha por mejoras económicas es el primer pasó que deben dar los trabajadores para su dignificación.
Por eso trabaja nuestra organización desde su fundación y así lo seguirá haciendo.

Preparamos a nuestros dirigentes nacionales y de base para que enfrenten sin temores el proceso de negociación colectiva.  Confiamos plenamente en el respaldo y apoyo de economistas, abogados y profesionales relacionados, pero estamos claros que esta lucha de mejoramiento económico es de los trabajadores. Ellos deben estar preparados para confrontar a los dueños del capital en los terrenos en que ellos quieran medirlos. Valoramos y promovemos la conversación, el dialogo y la búsqueda de acuerdos, pero no en base a la sumisión sino amparados en la certeza de que las demandas de los trabajadores son  justas y deben ser respondidas como corresponde.
En cada dirigente de nuestra organización hay disposición, fraternidad, solidaridad.  Una profunda convicción de que para terminar con el abuso  del capital se requiere de trabajadores dispuestos a hacerle frente. No vamos a cambiar sino profundizar nuestra acción.

Los fundadores de nuestra organización fueron valientes. Pusieron en riesgo su vida y la de sus familias para levantar un instrumento que no descuidara los 3 pilares que ellos definieron como principales, para sacar a los trabajadores de su desesperanza.
EDUCAR a  dirigentes y socios es una cuestión prioritaria. Solo conociendo de leyes y normativas pueden los trabajadores construir su estrategia y no caer en el derrotismo cuando por razones diversas los resultados no son los mejores.
Dirigentes y trabajadores deben tener claro que sin ellos las empresas no funcionan. Que es su esfuerzo el que genera las ganancias del patrón y que parte de esa ganancia debe volver a las manos de quienes la generan.
ORGANIZAR será menos complejo, cuando los que deben reclamar por sus derechos se educan en ellos y construyen instrumentos para ese objetivo.
No somos neutros en nuestra gestión. Aspiramos a que los trabajadores se reconozcan como clase y para ello deben construir poderosas organizaciones, independientes y autónomas.  Esta clase trabajadora tiene que asumir de una buena vez, que solo ellos y sus pares pueden aspirar a cambiar la sociedad abusadora y discriminadora en la que viven.
Hay que sindicalizar a todos, combatir con fuerzas la campaña antisindical que mantienen la mayoría de los dueños de empresas.
LUCHAR por lo que son nuestras demandas es un deber, una obligación a la que no renunciamos, teniendo claro que para la victoria se requiere de una conciencia a prueba de todo.
No se cambia esta sociedad solo con buenas intenciones. Hay que trabajar en forma constante  sin permitirnos bajar la guardia cuando haya fracasos.
Lucharemos por lo nuestro con todos los instrumentos de que disponemos.

EDUCAR, ORGANIZAR, LUCHAR, es la trilogía con la que nació nuestra querida organización y que nos hemos esforzado en mantener vigente durante estos 36 años. Eduardo Lara, Luis Lira, Pedro Macaya, Elisa Figueroa, Sergio  Baeza, Ivan Llanos, Carlos Chandia, Angel Catalan, Olga Hernandez,  Alejandro Sotomayor, Samuel Moya, Galvarino Arqueros, Arsenio Angulo, Manuel Caro , Juan Villaman, Francisco Venegas, Juan Muñoz y muchos más que están en nuestros corazones, nos educaron con estos principios y hemos puesto todo el esfuerzo por traspasarlos al actuar diario de cada sindicato afiliado.

Desde Viña del Mar, Talca, Chillan, Puerto Montt y Santiago provinieron las organizaciones que constituyeron la CTGACH, desde entonces hemos ganado y perdido sindicatos en muchas ciudades, aunque crecemos y crecemos. Contamos con sede propia y todo nuestro actuar es financiado con nuestros propios recursos, que provienen de la cotización de los trabajadores.
Hemos sido inflexibles en cuanto a que la organización es de los trabajadores y nadie ajeno a ellos, puede pretender indicarle su camino.
Ha sido complejo, difícil, pero estamos orgullosos de ser independientes y autónomos.

Tuve el alto honor de recibir las llaves de nuestra sede propia - que está y estará dispuesta para apoyar el trabajo de todos los clasistas - y hoy, 25 de Octubre de 2017, he encabezado la ceremonia de inauguración de nuestras cabañas en el Centro Recreacional que lleva el nombre de Rene Rosales Peña.
El compañero Rene fue un obrero gastronómico que lo dio todo por su organización y que, como muchos en distintas organizaciones, no fue reconocido como correspondía por sus pares.
Es gracias al trabajo de  los miles y anónimos Rosales Peña, que nuestras organizaciones siguen educando, organizando y luchando.
Ciertamente que la alegría y satisfacción en los rostros de nuestras compañeras y compañeros dirigentes mientras recorrían el lugar, es reconocimiento de que hemos hecho y estamos haciendo lo correcto, pero aprovecho la ocasión para pedir publicas disculpas a la familia del compañero Rene Rosales en nombre de nuestra organización, por demorar tanto en reconocer su entrega.

Soy un dirigente sindical con muchos años de gestión, pero tengo la fuerza del primer día. Fuerza y convicción que me trasmitieron mis compañeros ferroviarios allá en el Cerro Chena en 1973, que me inculcó mi abuelo, y que aprendieron a tolerar mis padres a quienes hice sufrir en demasía.
Un orgulloso dirigente de mi organización, comenzando el proceso de pasar a la retaguardia sin que eso signifique, ni por un momento, que me alejo o dejo de cumplir con mi compromiso clasista.

Viva el 36 aniversario de la CGT  


MANUEL AHUMADA LILLO

Presidente C.G.T CHILE

miércoles, 4 de octubre de 2017

PULSO SINDICAL Nº 343
DEL 16 DE SEPTIEMBRE AL 03 DE OCTUBRE DE 2017
                                                                                             
Elegir el 3 de Octubre para fijar el cierre de este Pulso no es algo antojadizo, se vincula a una de las etapas más duras y bellas de mi vida. No se ve bien hablar ni escribir en primera persona, pero cuando hay hechos que trascienden al tiempo y que explican la posición y conducta asumidas, bien vale por una vez dejar de lado el colectivo y exponerlos.

El 3 de Octubre de 1973, hace 44 años, volví a recibir los pinchazos del sol en diferentes partes de mi cuerpo y sentí que me volvía a la vida. Ese día comenzaba como todos los  días de las últimas semanas para las decenas de prisioneros que yacían en “la casa del techo rojo”, el campo de prisión y tortura montado por el Ejército en el Cerro Chena de San Bernardo.
Con puntualidad nazi llegó el vehículo de los torturadores. Escuchábamos el motor a cientos de metros y sabíamos que comenzaba un día más de dolor.
Hace solo algunas horas, en la tarde del 2 de octubre se habían llevado a nuestros hermanos campesinos de Paine. No están en este 3 de ctubre el Colmillo ni el valiente Nuñez. Cada hora que pasa se estrecha más el lazo sobre nosotros, pero no pudimos intuir que este día se romperá todo, definitivamente.                                                                                                                Después de los pasos que subieron el pasadizo de latón, silencio. Interminables minutos en que solo nos acompañan el respirar agitado de alguno, las toses que ya se han hecho una constante y el sonido de la electricidad pasando sobre nuestras cabezas, en los cables de alta tensión.                                                                                                                                    ¡¡Formar!!es la orden. Nos sacan a culatazos de los lugares que ocupamos, para reunirnos en el centro de la casa. No importa la edad ni las condiciones en las que nos encontramos, todos debemos poner las manos en la nuca y mirar hacia delante, más allá de esas vendas que nos impiden mirar al que ordena y a los que vigilan. Formar, dicen, y ahí nos dejan.                                                   De cuando en cuando se siente un golpe seco y se escucha el quejido del que fue golpeado. Es que se han de haber caído sus brazos, que pesan una tonelada después tanto rato cruzados detrás de la cabeza. ¿Minutos, decenas de estos, horas?, que importa. Estamos ahí de pie, vendados, sufriendo de calambres, sin saber si nos espera la libertad o el cadalso.                                                                                                                                        
¡¡Atención!! grita el de las ordenes. Los que sean nombrados levantan su mano y serán sacados hacía un costado.                                                                                                        Gonzalez, Castro, Monsalves, Vivanco, Morales, todos los ferroviarios que suman 11, Viera – el flaco que habían llegado hace un par de días – Solar Miranda el que quiere ver a su hijo pequeño, y otro , luego otro y otro más. Han de haber sido entre 30 y 40 los que arrastran sus pies mientras los sacan de la fila.                                                                                       Son los que van a soltar pienso, y me pongo a llorar, imperceptiblemente para que no vayan a golpearme. Ellos se van y a nosotros nos matan. Otro sollozo ahogado percibo a mí derecha, un cuerpo que cae al suelo aquí cerca de donde estoy. Ahora sí que nos matan.                                                                                                   Alguien coloca un manojo de llaves en mis manos, las siento. “Manolito, llévelas a la casa mijo”. Es la voz inconfundible del Conejo, Manuel Gonzalez Vargas, mi maestro de perifoneo callejero, compa de marchas y de casa a casa.                                                                                                                                            Un golpe seco - seguro en la cabeza - ¡¡a tu lugar mierda!! brama el carcelero y lentamente los pasos se pierden hacía algún lado, junto con las llaves de la casa de Manuel.
Al final de la tarde, la situación es algo distinta  para los no nombrados.                                             Nos han sacado en calidad de bulto desde la pequeña sala, para tirarnos sobre la hierba fresca de primavera que crece afuerita de la casa del techo rojo.                                                                         El último interrogatorio no ha tenido golpes, solo amenazas. Cuestiones baladíes, nombre completo, domicilio, lugar de estudio. ¡¡Cuidado con meterte en algo, siempre te estaremos vigilando, te vas solo porque no hay pruebas, etc. etc.!!                                                               Después vino la espera, el silencio roto solo por el sonido del viento, los camiones, uno para la treintena de prisioneros, otro para los fusileros. Desde el campo de prisioneros de Chena a la Panamericana hacía el sur. Luego de algunos minutos los camiones se salen del camino hasta quedar a unos 100 metros de la calle Ochagavía y nos ordenan caminar hacia ella. La orden de quitarnos las vendas es dada a voz en cuello, Temerosos, obedecemos. Unos y otros podemos ver las condiciones deplorables en que estamos, algunos apenas se sostienen en pie. Resuena de nuevo la voz, hay que cruzar la calle y apoyarse de espaldas en el muro. Cuando estamos en eso comienza el tiroteo, balas que pasan sobre nuestra cabezas, algunos caen de rodillas otros se desmayan. Los que disparan se ríen, parten los camiones. Se van.
Ahí quedamos, 30, quizás 40 seres humanos, sin un alma cerca porque el toque de queda comenzó hace ya bastante rato, sin saber qué hacer ni hacía donde ir. Solos en la noche apenas iluminada de la calle Ochagavia.                                                                                                 Han pasado algunos minutos y se percibe que se acerca un helicóptero, mientras desde el lado sur de Ochagavia se acercan hacía nosotros 2 grandes focos que iluminan todo el espacio entre ellos y nosotros. No hay una orden de refugiarse, solo corremos hacía todos lados, como lo hacen  las hormigas cuando perciben peligro. Las ganas de vivir nos llevan a donde guarecernos.                                                                                                                                 Tres los que hemos caído en una acequia profunda de fétidas aguas. Los camiones pasan, se escucha el sonido de los tiros, algunos gritos a lo lejos – hacia la Avenida  Lo Espejo – y de nuevo el silencio. Salimos de la zanja mojados y temerosos, esperamos casi sin respirar el termino del toque de queda. Un guardia de una obra en construcción nos pasó una manguera con agua y unos pesos para tomar el microbús hacia San Bernardo.
44 años desde entonces. Una nueva vida que la he dedicado completa al sindicalismo y con eso honrar el compromiso hecho con mis compas ferroviarios ese 29 de septiembre de 1973. ¿Servirá de algo este testimonio a las 2 compañeras que respondiendo al Pulso anterior se limitaron a escribir “más de lo mismo”?.                                                                                                 Y es que es cierto, más de lo mismo, y se debe hacer por siempre, año tras año, porque si no hay castigo ejemplar, al menos la condena moral perseguirá a los asesinos y sus cómplices por toda la vida.                                                                                                                                                        Dije al iniciar este Pulso que me abrumaba un poco escribir en primera persona. Si lo hice es porque lo viví y nadie puede decir que exagero o que miento.                                                              Allá quedó el cerro, manchado con la sangre de ignorados héroes populares, aquí estamos los que no hemos bajado las banderas, los que no negociamos con los asesinos de nuestros hermanos, los que seguimos creyendo en que la lucha contra el capital nos entregará alguna vez la victoria para construir esa nueva sociedad, la misma que no alcanzaron a ver concretada  nuestros hermanos. No hay perdón. No hay olvido.

MANUEL AHUMADA LILLO