PULSO SINDICAL Nº
393 DEL 01 AL 15 DE FEBRERO DE 2020
EL APORTE DEL CIUS
Cuando la
CGT tomó su nombre definitivo (heredando estatutos, declaración de principios y
plataforma de lucha de la CTGACH y la COTIACH) puso el énfasis en la necesidad
de seguir trabajando por construir una Central Única de Trabajadores.
Pese a
nuestro alejamiento de la Central Unitaria cuando ésta aceptó el Seguro de
Cesantía, seguíamos creyendo que en algún
momento los equivocados harían un mea culpa y se la jugarían por la
unidad de todos los abusados y explotados.
Profundo
error. Solo meses después los mismos que habían aceptado la imposición
gubernamental, validaban la reforma laboral que ponía termino a la
obligatoriedad de los balances financieros en las organizaciones con más de 250
socios, así como el término de la facultad de las Inspecciones del Trabajo para
auditar las finanzas sindicales en caso de denuncias de trabajadores por mal
uso de sus fondos.
Quedó claro
entonces y ha seguido siendo ratificado por decires y actuares, que un sector
del sindicalismo chileno entregó la oreja al sistema y comenzó a convivir con
los patrones y el gobierno, aduciendo que solo el dialogo y los acuerdos podían
generar mejoras para la clase trabajadora.
Todas las
reformas laborales desde entonces son muestra de esta traición a la clase.
Ante tal
cuadro decidimos explorar todos los caminos que nos permitieran acercar
posiciones con aquellas organizaciones de trabajadores que, más allá de la
diferencia en conceptos y acciones, antepusieran a todo la defensa irrestricta
de las demandas y aspiraciones de los trabajadores.
Fue así que
en diciembre de 2014 en nuestra sede nos reunimos con compañeros de la
Confederación Bancaria, la CEPCH y la UCT. La primera lectura de esta reunión
dio cuenta del interés por trabajar en una convocatoria amplia y abierta a
todos los clasistas - aquellos que
defienden a ultranza a los trabajadores y sus demandas – con el objetivo de
construir un instrumento que nos permitiera generar unidad en la acción, con el
antecedente previo de que ya UCT y Bancarios habían unido fuerzas para
conmemorar juntos el primero de mayo.
Diferentes
compañeros y compañeras se enteraron de este empeño y lo hicieron suyo, así un
12 de febrero de 2015 en nuestra sede se constituyó el Comité de Iniciativa por
la Unidad Sindical – CIUS – que desde entonces hizo uso de todos los espacios
para promover la educación y la organización de los trabajadores, naciendo de
este empeño sindicatos, Federaciones, Asociaciones, Coordinadoras en diferentes
áreas de producción y servicios.
El CIUS
hizo de la calle y la visita a empresas su campo de acción. Exposiciones
fotográficas, entrega de propaganda, manifestaciones, foros y debates varios
hicieron posible el trabajo conjunto con todo tipo de organizaciones, siendo el
punto más alto la coordinación para rechazar las últimas reformas laborales en
el gobierno de Bachelet.
El CIUS
trabajó incansablemente pro la unidad de la clase y a mediados de 2017 convocó
a un ampliado sindical que tomó la resolución más importante hasta entonces de
este sindicalismo clasista. Avanzar hacia la construcción de una Central
Sindical, proceso largo y trabajado que vio la luz definitivamente el 01 de
septiembre de 2018.
Casi todas
las organizaciones que activábamos en el CIUS resolvimos incorporarnos a la
Central Clasista y ahí estamos ahora avanzando, lentos pero seguros, en la
construcción del instrumento de organización de los trabajadores. Las que no lo
hicieron y tomaron un camino diferente siguen siendo nuestras hermanas en el
trabajo hacia la clase trabajadora y más temprano que tarde volveremos a cerrar
filas en el m ismo camino.
Por eso la
reunión solemne del 12 de febrero del 2020, fue justa y emotiva.
Todos los
que ahí estuvimos, hemos hecho un aporte a la lucha de los trabajadores y
aunque pudimos haber cometido errores en ese camino, hemos sido honestos y
absolutamente probos, lo que nos da moral para hacer y decir, más allá de las
fallas que pudiéramos tener y de las que nadie está libre.
Salud a los
constructores del CIUS, porque más allá de todo dieron un paso adelante en el
trabajo de unidad y lucha y eso será reconocido en la historia del movimiento
sindical chileno.
LA LUCHA DE LOS
TRABAJADORES
Desde siempre los trabajadores han
debido aceptar las resoluciones e imposiciones del capital, pues este es quien
en definitiva determina el que hacer de los gobiernos, salvo honrosas y
contadas excepciones.
Cuando las carencias y dolores
llegaron al extremo de impedir vivir en las mínimas condiciones, la población -
y los trabajadores entre ellos - explosionó y después de duros enfrentamientos
logró avances en algunas leyes que los regían, sin que por eso el nivel de vida
mejorara según lo que se demandaba al inicio de las luchas, que no era otra
cosa que una sociedad más digna y justa.
Así llegaron las leyes de
habitaciones obreras, descanso dominical, jornada de trabajo, entre otras.
No obstante el costo pagado en vidas
humanas fue enorme, además de que las duras condiciones de los enfrentamientos
provocaron una merma en el número de socios y el actuar de las organizaciones
así como un repliegue de las mismas, aprovechado por el Estado y el capital
para imponer algunas de sus condiciones.
Que conclusión podemos sacar de lo
anterior?
Siempre hemos sido abusados en
nuestros derechos y solo hemos reaccionado cuando el abuso está a punto de
matarnos. Sin embargo a pesar de algunos avances en leyes que disminuyeron el
abuso y la explotación, y por las que pagamos miles de vidas, no logramos
mantener la fuerza y disposición de los miles que lucharon y el sistema continúo
estableciendo las condiciones en las que vivimos.
QUE ES UNA CONSTITUCIÓN?
Los países tienen Constituciones, las
que en palabras simples pueden definirse como la ley suprema que establece los
derechos y garantías fundamentales de los habitantes de una nación. No obstante
y como las mismas son elaboradas por quienes detentan el poder, estás
constituciones tienden a representar intereses y garantías de la minoría
dominante.
Nuestro país no es la excepción, por
lo mismo las Constituciones que nos ha regido no han representado los derechos
y garantías de TODOS los habitantes de la nación, sino solo aquellos de la
minoría en el poder.
Sin embargo, la última
constitución (1980) fue elaborada e impuesta por la dictadura y desde su
entrada en vigencia se hizo un imperativo demandar su cambio.
Pese al discurso político poco o nada
se avanzó por cambiar de verdad la constitución que nos rige.
Sucesivas acciones de protesta desde
1990 no consiguieron más que cambios cosméticos, incluida la rúbrica en una
constitución modificada, puesta por el presidente R. Lagos.
Sin embargo dicho cuerpo legal
mantiene inequidades como la prohibición de aspirar a cargos parlamentarios a
dirigentes sindicales y poblacionales.
No fue hasta la rebelión popular
iniciada desde mediados de octubre de 2019 que las cosas cambiaron. Y cambiaron
de tal manera que los detentadores del poder se vieron obligados a hacer
algunas concesiones, que en todo caso no permitirán el cambio que la mayoría
del pueblo aspira.
Y quienes aspiran a participar del
proceso anunciado para abril de 2020 tienen que tener esto muy claro.
QUE QUEREMOS LOS TRABAJADORES?
Quienes luchamos por los derechos de nuestro
pueblo aspiramos a una Constitución que reconozca derechos irrenunciables de la
ciudadanía, como por ejemplo:
"Todos los habitantes del país
tendrán asegurada la atención de salud preventiva y curativa desde que nacen y
hasta que mueren".
"Él Estado será el dueño
absoluto de todas las riquezas naturales, minerales, la electricidad,
comunicaciones y ninguno de los habitantes del país podrá ser privado de ellas
en ninguna de las formas".
Mientras la Constitución no reconozca
a cabalidad estos y otros derechos deberemos seguir luchando por ellos. Sin
embargo, y está es la claridad más importante que debemos hacer como
organización sindical, no podemos ni debemos restarnos de participar en el
proceso del 26 de Abril, ante todo por qué desde que se instalará la
Constitución pinochetista abogamos por el cambio de la misma.
Por eso, en Asamblea de dirigentes de
la CGT y tomando en consideración la opinión entregada en diversas asambleas de
base, se ha resuelto llamar a los trabajadores a marcar APRUEBO en el
plebiscito del próximo 26 de Abril de 2020.
Cómo el llamado a plebiscito contiene
también la definición del instrumento que redactará dicha constitución y
teniendo en consideración que se debe optar por "Convención Mixta" o
"Convención Constitucional" se resuelve invitar a marcar
"Convención Constitucional" dado el caso que solo se presentan 2
alternativas.
Hay que dejar claro que ninguna de
las alternativas permite que sea el pueblo quien en forma soberana elija una
Asamblea y que sea está la que determine el quórum con el que se aprueben los
distintos artículos.
Finalmente queremos decir que no
tenemos esperanzas de que el proceso que se desarrollará arroje como resultado
una Constitución que reconozca los derechos de la ciudadanía.
Reiteramos nuestra convicción de que
esto solo será posible de lograr, con un pueblo movilizado y organizado en
miles de instrumentos de base.
Por lo tanto hay que participar del
proceso que se avecina sin olvidar que es un paso pequeño dentro del enorme
proceso de construcción de una nueva sociedad más digna y justa.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central
Clasista de Trabajadores
Secretario C.G.T.
CHILE