sábado, 28 de abril de 2018


PULSO SINDICAL Nº 355 DEL 01 AL 30 DE ABRIL DE 2018


Estamos prontos a conmemorar 132 años desde que, por primera vez y al unísono, miles declararan la huelga y marcharan al grito de ¡¡ 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso 8 horas de recreación!!.

Desde antes de 1886 y hasta ahora, se ha mantenido vigente la contradicción capital- trabajo. Los patrones cambiaron sus mecanismos de abuso y explotación, pero no terminaron con el abuso ni la explotación, pese a algunas buenas intenciones, mínimas por cierto y que siempre tuvieron, y tienen, el objetivo de aislar a los más firmes, los más duros, los más intransigentes en la exigencia de dignificación y justicia.
Que extraño resulta ver como en este siglo XXI se demoniza y desnaturaliza el concepto “clase”. Si pareciera que quien se refiere a ella es un activista peligroso, un desadaptado  que no ha tomado nota de los avances del mundo.
¿Y qué  avances son esos si se mantiene el abuso, la explotación, la arbitrariedad de los patrones hacia los trabajadores?

Los trabajadores, vendedores de esa única mercancía cuyo precio es colocado por el que compra y no por el que vende, son parte de una clase, un sector social que sufre de diferentes maneras y con diferentes figuras, los embates del dueño del capital.
El capital es un monstruo que cambia de colores y formas según y cómo lo exija la ocasión, pero que sigue siendo un depredador implacable, que hará todo lo que deba hacer, pasando incluso por sobre sus mismas normas, cuando de mantener y aumentar sus ganancias se trata.

En los inicios de la historia del proletariado, era el hacha, la espada y las balas los instrumentos para acallar a los que exigían vidas más dignas. 
Tan salvajes e inhumanos eran los métodos del capitalista que sus propios instrumentos de control y difusión e incluso las iglesias, se asqueaban y demandaban mejoras.
Así fueron apareciendo cuestiones como la seguridad social, leyes laborales, derecho al descanso, vivienda y educación e incluso, después de la primera guerra mundial, crearon un instrumento tripartito (la OIT), cuando constataron que los trabajadores querían el cambio brusco de las condiciones existentes.
Es así como la clase de los trabajadores comienza a extraviar el rumbo. Es el trabajo político y religioso el que lleva a los trabajadores a separarse en grupos afines a sus patrones ideológicos. Entonces, lo que no estaban consiguiendo los patrones lo consiguieron ideas que, paradojalmente, bregaban por ser las conductoras de los abusados en su lucha contra el abusador.
Y casi no tuvimos, ni tenemos, una sola y gran organización mundial, regional y nacional. Hay más de 1 en diferentes países del mundo. Mientras el explotador desarrolla y acrecienta su poder con instituciones únicas de clase, cuyo objetivo es mantener el predominio del capital, además por supuesto del control o la fuerte incidencia en los gobiernos.

¿Quién se atrevería a desconocer que cambió nuestra situación respecto de quienes nos antecedieron? ¿No contamos acaso con cuerpos legales, acceso a cuestiones básicas como luz, agua, alcantarillado e incluso educación, vivienda y salud?.
Lo que no se nos debe olvidar es que nos fueron concesiones de los poderosos sino el resultado de la lucha de los menesterosos.
Es más, los retrocesos de los que somos testigos, son producto de la imposición de dictaduras y gobiernos de derechas, además del abandono de las banderas de muchos que se dijeron parte de la clase y hoy la desconocen, por más que aún sigan vistiendo atuendos que nos caracterizan. Quienes negocian o mediatizan nuestras demandas no están con nosotros.

Nunca, jamás, el capital dejará de ser insensible y duro si se ponen en riesgo sus ganancias. El lobo se desprenderá de la piel de oveja que viste, cuando sus granjerías fruto de los gobiernos que controlan a través de muchos instrumentos, se pongan en riesgo.

Reflejo de lo anterior son los miles de huelgas vividas en todos estos años desde 1886.
Por más que algunos representantes de los trabajadores crean que por la vía del consenso y el dialogo conseguirán algunos avances. Cada vez que los poderosos se ven complicados, hacen uso de los instrumentos que crearon para defenderse.
La huelga de LAN EXPRESS y los anuncios de más despidos en CANAL 13 dan cuenta de que nuestro diagnostico no es errado. 
Los trabajadores siempre son prescindibles. El patrón hará el traspaso de las pérdidas  a costos y la cuenta la terminaran pagando los trabajadores. Nunca dejará de ser así, más allá del tamaño y la cantidad de trabajadores que tenga la empresa.

Por eso no da lo mismo en que sector de la cancha nos vamos a parar.
El abuso llegó a niveles extremos y los avances tecnológicos en vez de mejorarnos la vida nos están llevando a temer por lo que viene.
Más tecnología será igual a menos puestos de trabajo, más flexibilidad, polifuncionalidad y precariedad.

Somos parte de la clase de los abusados y explotados.
Ciertamente no estamos todos en la misma posición de confrontar al capital y pelearle cada demanda nuestra, que por lo demás son de justicia, pero va siendo hora ya, a 132 años de los sucesos de Chicago, que al menos asumamos que debemos confrontar de alguna manera a quienes nos explotan y nos niegan lo que merecemos.
Mecanismos hay muchos y son todos válidos, Lan Express y Canal 13 nos han mostrado algunos y debemos tenerlos en cuenta.
Lo importante es no hacer concesiones de principios. No rendirnos, no creer que la historia se terminó, no pensar que no queda nada por hacer. Sin trabajadores las empresas no funcionan, eso no debemos olvidarlo jamás.

Nuestra obligación es construir organizaciones de clase, porque somos clase, donde la democracia interna sea total. Donde se elija a los dirigentes por voto universal y cada organización aporte financieramente mes a mes para poder dotarnos de independencia y autonomía.
Se puede ser militante?, por supuesto que sí y desde esa militancia hacer comprender al instrumento político que no está ni puede estar por sobre la organización de los trabajadores. Ni burocracia, ni acomodo ni corrupción irán con nosotros.

Hoy por hoy existen en Chile 4 centrales sindicales. Todas, sin excepción, entregaron la oreja a los patrones y a los gobiernos, están supeditadas a lo que indiquen los equipos sindicales de los partidos.
Tienen el derecho de actuar así, de la misma manera que los trabajadores tienen el derecho, la obligación de no reconocerlas como sus representantes.

A 132 años del grito de Chicago, levantamos las banderas del sindicalismo clasista y avanzamos hacia la construcción de la Central que represente a los trabajadores que quieren, anhelan, una sociedad más justa y digna.
Es una demanda justa. Nadie puede negarse a la posibilidad de conocer sus documentos fundacionales y resolver en asambleas, la posibilidad de integrarse a esta columna clasista del movimiento sindical.
Es el mejor homenaje a los que nos antecedieron.
VIVA EL 1° DE MAYO,  DIA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES



MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE 

jueves, 12 de abril de 2018

PULSO SINDICAL EXTRA N°30



PULSO SINDICAL EXTRA N°30

El suplemento PULSO de La Tercera del 3 de abril de 2018, entrega los primeros datos de un trabajo del Consejo Superior Laboral, ese ejercicio de” tripartismo” nacido al calor de las últimas reformas laborales aprobadas en el Parlamento.
Seremos muy didácticos con nuestros compañeros dirigentes, pues nos asiste la certeza de que quieren pasarnos gatos por liebres. Nos vamos a preocupar solo de la tasa de sindicalización, pues algunos comentarios en las redes sociales han señalado que en las últimas reformas está la razón de ese aumento en la sindicalización. Lo que no es cierto.
Sin embargo, estamos obligados a hacer la primera claridad y es sobre el tripartismo.

Dicho instrumento supone un espacio de dialogo y acuerdos entre patrones, gobierno y trabajadores organizados. Hasta el más novato de los dirigentes entiende que solo puede haber dialogo y disposición a lograr acuerdos que beneficien a los trabajadores, solo y cuando se encuentren resueltas algunas cuestiones básicas irrenunciables, lo que podríamos llamar un “piso” de derechos.
¿Cómo se va a poder llegar a acuerdos sobre condiciones laborales de cualquier tipo, si aún no está  normado por ley el pago de locomoción y colación por día trabajado, si el derecho a sala cuna sigue siendo discriminatorio y no lo disfrutan todas las trabajadoras, si hasta hoy los patrones pueden declarar y no pagar la previsión y el seguro de cesantía?.
Quienes crean que es el tripartismo la forma en que encontrará respuesta a las carencias de la clase trabajadora, están equivocados.  Aquellos que piensen que la polifuncionalidad, la flexibilidad y otras imposiciones del capitalismo para mantener en alto sus ganancias son el camino de ahora en adelante, dense por notificados que no estamos ni ahí con su tripartismo.
Calificar entonces como histórico el reciente encuentro entre la CPC y la CUT, es una aberración. Es solo un paso comunicacional en esto que graciosamente llaman tripartismo, que no tendrá ningún efecto en la condición futura de los trabajadores.
Ese encuentro  CPC –CUT refleja algo ya resuelto en un sector del sindicalismo. La claudicación, el abandono de las demandas históricas de los abusados por el capital. 
Ni más ni menos que eso.


Hecha esta claridad veamos el dato entregado por La Tercera.
Dice PULSO que, según el informe elaborado por el Consejo Superior Laboral, la tasa de sindicalización de los últimos 7 años  muestra un sostenido aumento, aunque con un aceleramiento en dicha tendencia a partir de 2014. Entre 2014 y 2017, la tasa de sindicalización subió en 4,7%, situándose (suponemos que el corte está en diciembre de 2017) en 20,9%”

Lo anterior nos obliga a pronunciarnos, pues hay cosas que no están claras:
Primero, no deja de llamar la atención que estando en abril de 2018 ya se tengan los datos de sindicalización a diciembre de 2017 (y eso que hubo cambio de gobierno). Por años las dependencias de la Dirección del Trabajo han sido incapaces de llegar a proveernos de tal cantidad y calidad en la información. Sería bueno nos digan si esta información es correcta.
Segundo, que si lo que informa PULSO es cierto, la Dirección del Trabajo nos estuvo engañando quizás por cuanto tiempo. En efecto, en los últimos 7 años (2010 a 2016 según sus cifras) la tasa de sindicalización ha subido - de 13,9% a 16,5% - pero de sostenida nada, toda vez que muestra una baja en 2013 respecto del año anterior.
Tercero, que según cifras de la Dirección del Trabajo entre el 2014 y el 2016 la tasa de sindicalización sube de 14,7% a 16,5%,( 2,8% en 3 años) por lo que si damos por ciertos los datos del mentado Consejo Superior Laboral hechos públicos por PULSO, en el año 2017 la tasa de sindicalización subió 4,4%. Un verdadero milagro. Ojo, que según la misma Dirección entre 2002 y 2016 la tasa de sindicalización apenas subió en 3,4%.

No obstante lo contundente de los datos vamos a suponer, a riesgo de tener que rectificar a futuro, que la nueva reforma ha posibilitado un aumento en la sindicalización, aunque ciertamente este nunca ha sido del 4,4%.
En nuestra opinión un aumento puede estar vinculado al hecho de que ahora podría cobrarse hasta el 100% de la cuota sindical por la extensión de beneficios, por lo tanto es mejor ser socio del Sindicato y tener todos los beneficios y no solo los del contrato colectivo.
Sin embargo, este aumento de asociados solo puede  estar vinculado a los sindicatos en las grandes empresas y excepcionalmente en las medianas. No olvidemos ni por un momento que estas empresas representan menos del 5% del total de las empresas en Chile (grandes 1,5%, medianas 3,03%).
La nueva ley laboral hace prácticamente imposible que los trabajadores de las micro (75,2%) y las pequeñas (20,2%) empresas, puedan organizarse en Sindicatos y negociar colectivamente.
Esto lo tienen que tener claro los representantes de los trabajadores en el Consejo Superior Laboral (son 3 y están en representación de la CUT que solo para estos efectos es la Central más representativa) y ya debieron haber hecho las rectificaciones públicas.


Un segundo tema a tratar en este Extra del Pulso Sindical, está relacionado al promocionado “hecho histórico” que significó la reunión entre la CUT y la máxima organización patronal- la CPC- y del que algo dijimos más arriba.
Convengamos primero en que cada quien tiene derecho a reunirse con quien se le da la gana y desde esa perspectiva dicha reunión no tiene mayor importancia.
Hace algunos años la misma Central recibió en sus dependencias a la UDI y fuera de la vergüenza que algunos explicitaron, la cuestión no dio para mucho más.
Se trata solo de un nuevo ejercicio comunicacional, que resiente sin duda gravemente las confianzas entre los explotados y quienes dicen representarles, ejercicio que los representantes patronales se apresuraron en decir que repetirán con la CAT y la UNT, otro par de organizaciones “representativas de los trabajadores”.
¿Que pensaran de estos encuentros tan bien cubiertos por los medios de comunicación los millones de explotados y abusados en sus derechos, así como los socios de las organizaciones visitadas por la patronal?.
Esta acción comunicacional, muy bien trabajada por lo demás, busca dejar en claro entre quienes se desarrollará el tripartismo y afortunadamente son decenas, centenares las organizaciones que miran con asco y desprecio estas señales y reconocen la necesidad de avanzar por nuevos caminos.

Y es en esto - en la necesidad de avanzar por nuevos caminos - donde están reflejadas de manera nítida nuestras carencias.
Aún no superamos todas las desconfianzas, carecemos de la visión para fijar un cuerpo de demandas claras y salir a luchar por ellas y ni siquiera articulamos movilizaciones en fechas señeras de la historia del movimiento sindical. No basta solo con la condena por las redes sociales, urge una articulación clasista, una respuesta efectiva a tanta basura.

Un sector del movimiento sindical organizado nos hemos expresado abiertamente respecto de lo que pasa y ponemos el énfasis en la construcción de un instrumento que se haga cargo de devolver a los trabajadores la confianza en la organización, así como derrotar el miedo que nos anda trayendo inmovilizados. Le hemos llamado Central Clasista de Trabajadores.
Ponemos el acento en la verdad, la razón y la moral, púes son conceptos cargados de gran valor, que cada trabajador debe desarrollar junto a su organización sindical, sus compañeros de trabajo y su entorno familiar y social.
El actual estado de cosas no da para más y mantener la pasividad servirá simplemente para seguir siendo espectadores privilegiados de mentiras y falsedades, que indistintamente vienen de gobiernos, partidos y movimientos además de organizaciones desclasadas y que tienen como objetivo fundamental mantenernos postrados, sin reacción al abuso.

Postulamos la construcción de un instrumento de clase, con organizaciones reales que no cifre su funcionamiento en las normas legales vigentes, pues no reconocemos esta ley que combatimos y queremos cambiar.
Un instrumento independiente y autónomo,  que se financie con la cotización mensual que le paguen sus asociados y que elija en todos sus niveles a los dirigentes, por la vía del voto directo de los trabajadores.

Las cartas están echadas.
Podrán seguir acusándonos, y lo harán, de esto y de lo otro pero no tenemos más compromiso que con la clase que reconoce filas en nuestras organizaciones y los millones que no están organizados.
Es desde esta construcción clasista que avanzaremos a una firme alianza con estudiantes, pobladores y otras fuerzas representativas del pueblo, hasta lograr construir el más amplio movimiento social que se confronte con el capitalismo y sus defensores.
Por eso les esperamos el PRIMERO DE MAYO en Brasil con Alameda para marchar hacia la Estación Central.
Masivos, disciplinados, con la visión puesta en el futuro, con la decisión de construir la conciencia de clase en millones de asalariados abusados en sus derechos sociales y humanos.


MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE