PULSO
SINDICAL Nº 308 DEL 01 AL 10 DE MARZO DE 2016
A las dirigentes del sindicato DICOTEX las
hostiga permanentemente su empleador, para desgracia de ellas sus propias
compañeras de trabajo se han prestado al discurso patronal y levantaron un
Sindicato N° 2, estrategia con la que responderán los patrones de aquí en
adelante para anular las pobres reformas laborales que pronto se transformaran
en ley.
Misma situación de paralelismo afecta por
estos días al Sindicato de la empresa SOCIEDAD ALIMENTICIA Y COMERCIAL BAUERLE
S.A., empresa en la que se han suscrito varios convenios colectivos y las
denuncias por incumplimiento y practicas antisindicales son fiscalizadas
tardíamente, además de que el mayor castigo para el patrón siguen siendo las
multas mientras a la organización sindical la hacen mierda.
Ana Luisa Miranda fue hostigada por años
por el dueño de la empresa TALINAY S.A. siendo hasta agredida en una ocasión
por la esposa de este negrero. Ana Luisa finalmente debió dejar su trabajo
abrumada por las enfermedades y la falta de compromiso de la Inspección del
Trabajo, que mas de una vez hizo la vista gorda mientras el patrón inventaba
convenios colectivos y le negaba los derechos que como sindicalista le
corresponden.
Decenas son los casos que nos toca atender
en los que las trabajadoras dan cuenta de cómo se les hostiga, principalmente
cuando están embarazadas.
Muchas desconocen incluso el derecho a
fuero cuando se embarazan y aceptan suscribir renuncias voluntarias, con las
que solo facilitan el abuso empresarial.
Y que decir de los miles de empresas que
contratan hasta 19 mujeres, ya que con esto quedan liberadas de otorgar el
beneficio de la sala cuna.
Lo anterior son casos que se repiten a lo
largo y ancho del país y poco o nada se hace por mejorar las condiciones en que
cumple su labor la mujer trabajadora.
Sin embargo, y en vez de apoyar los
esfuerzos que se hacen para romper con esta realidad, muchos son los que se
limitan a seguirse quejando contra el capitalismo y los neoliberales, sin
asumir que nuestras compañeras y compañeros, nuestro pueblo poco o nada hará
por salir de la situación en que se encuentra si no es ademado y organizado.
Tanto discurso vacío, tanta capacidad de
acción perdida.
El 8 de Marzo en la mayoría de los países
del mundo, se conmemoró el Día
Internacional de la Mujer. Se recordó a quienes fueran pioneras en la demanda
por igualdad de derechos y oportunidades para la mujer.
Se organizaron marchas, se escribieron
cientos de documentos y se enviaron miles de correos electrónicos y sin embargo
al día siguiente todo vuelve a ser igual.
La desesperanza sigue rondando, los abusos
son la respuesta del sistema a las demandas históricas.
Poco o nada cambian las cosas hasta el
próximo 8 de Marzo, fecha en que se vuelve a repetir el rito.
El camino está suficientemente trazado
desde hace rato, el asunto es como echar a andar, que ya se irán haciendo
durante la marcha las modificaciones que hagan falta. Esa y no otra es la
conclusión que debe primar. Acción y movilización permanente.
Por eso hay que saludar efusivamente el
acto unitario del 8 de Marzo en Santiago, en el que el CIUS tuvo el enorme
orgullo de exponer las demandas de la clase trabajadora, de las mujeres y
hombres explotados por el sistema.
En solo unos minutos se expuso a los y las
miles que participaron una síntesis del Pliego de los Trabajadores y se llamó a
difundirlo y luchar por él.
No obstante lo anterior y valorando todos
los avances que en el camino de la lucha popular se vienen dando, no podemos
sino llamar la atención sobre todas las carencias de las que adolecemos y que
le permiten al modelo seguir reinando casi sin oposición.
A nosotras y nosotros, dirigentes
sindicales y militantes de la más variada índole, se nos hace difícil llegar
con nuestra opinión y propuestas a nuestro pueblo, a las mujeres y hombres
abusados en sus derechos básicos, aunque pocas veces lo reconocemos.
Sigue costándonos asumir nuestra
responsabilidad en este repliegue, en este no estar ni ahí de la mayoría de los
explotados.
¿No será que, por alguna razón, los que
fallamos somos nosotros, que no logramos llegar a la conciencia de nuestros
hermanos de clase para sacarlos del sopor en que los tiene el sistema?.
Por lo mismo y pasada esta nueva
conmemoración del día internacional de la mujer debemos asumir que la tarea
empieza en nosotros, los que dirigimos.
Acercarse a la base es la obligación,
educarlos en sus derechos es el primero de los pasos y esa educación debe ser
personalizada, permanente, considerando la historia, los éxitos y los fracasos.
Ese y no otro es el rol de los y las dirigentes
sindicales.
De esta escuela, que nos heredaron nuestros
lideres y que muchos citan pero no aplican, nacerá la organización de nuevo
tipo, esa en que las trabajadoras y los trabajadores serán quienes la llevan. Esa
que centrará su accionar en las demandas concretas de la clase y que una vez
conseguida la organización y ganada la lucha por el pan comenzará, con los
mismos que fueron creando y fortaleciendo su conciencia en la lucha diaria
junto a todos los que se fueron incorporando en el camino, a proyectar la
sociedad digna y justa en la que estas inequidades no tendrán cabida.
Por eso compañeras y compañeros, dirigentes
y trabajadores, más que reiterar los discursos la invitación es a trabajar para
convencer de la necesidad del cambio. En la casa, en el barrio, en el
sindicato.
A cada uno de los lugares donde concurramos
arrojemos la semilla de la educación, la organización y la lucha, podrá tardar
pero es seguro que germina y dará frutos.
Pongamos todo nuestro esfuerzo para superar
las barreras que la incomprensión ha ido construyendo en la conciencia de
nuestro pueblo.
Si no somos nosotros los que hagamos los
cambios nadie lo hará.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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