PULSO SINDICAL Nº 356 DEL 01 AL 15 DE MAYO DE 2018
Mi primer trabajo fue de copero en el Hotel
Tupahue. Ahí y en otros lugares los que llegábamos por primera vez éramos
sometidos a una serie de pruebas que más que conocimiento buscaban probar el
aguante para las tallas pesadas. En mi caso recorrí diversas secciones de
trabajo buscando el colador de hielo.
En el bar y comedores, junto al barman, quien la llevaba era el maitre.
Persona de gran conocimiento, no solo en la preparación, servicio y atención de
mesas, sino también en la cocina, aperitivos, entradas, platos de fondo y
postres.
El maitre es la cara del establecimiento,
quien recibe al cliente y lo ubica, toma la carta y la entrega al garzón, comenzando
todo el proceso que debe culminar con un cliente satisfecho que retornará al
local y lo recomendará con sus amigos y conocidos.
Conocí a varios
y uno de los buenos fue Orlando “el huaso” Morales, maitre del Herefod Grill de
Tenderini en sus años mozos.
Nació el 15 de noviembre de 1935 y falleció el
25 de abril de 2018. Como pudo, y a su manera, nos ayudó en los tiempos duros
de la dictadura y quise recordarlo en este Pulso.
Para su familia, amigos y ex compañeros de
trabajo nuestro pesar gastronómico.
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Desde que existe el movimiento de los
trabajadores se han expuesto distintas visiones y no siempre tuvieron que estar
todos de acuerdo para que ellas se desarrollaran.
Podremos diferir
respecto de si fue vital o no el rol de la FOCH en 1909, pero es poco probable
que tengamos diferencias al calificar el papel jugado por esta organización
desde 1919 hasta pasados algunos años del “sindicalismo legal”.
Coincidiremos en que fue un avance la constitución de la CTCH, mas
saltaran las diferencias al tener que determinar si la separación en 2 de la
misma CTCH - por decisión de los partidos políticos - sirvió a los intereses de
los trabajadores.
Nadie en su sano juicio podría calificar de un error la constitución de
la Central Única en 1953 y sin embargo es poco probable que estén todos de
acuerdo con el cuartelazo que se dio a Clotario en 1961, bajando un paro
nacional y provocando su renuncia a dicha Central.
Lo anterior, expuesto como una manera de
graficar lo importante que es en el trabajo sindical la defensa de
convicciones, escuchar a quienes difieren y concluir con aquello que sea lo
mejor para los trabajadores.
Cada
vez que se rompe el principio de participación y toma colectiva de decisiones,
se produce una fractura en la organización que es ciertos casos llega al quiebre.
La organización en la que participo, la
CGT, fue fundadora de la Central Unitaria.
Creímos, junto a
muchos, que las debilidades orgánicas y de participación irían siendo
corregidas en la medida en que se estabilizara la feble democracia que algunos
habían negociado con la dictadura. Estábamos equivocados y cuando se fueron
haciendo comunes los arreglos y acuerdos entre partidos, por sobre la decisión
de las organizaciones - muchas veces sin consulta a las bases - nos quedó claro
que el proyecto había fracasado.
No podrían convivir en un
mismo espacio los que se arreglaban con el poder por algunas monedas y quienes
creíamos que las demandas de la clase eran innegociables.
Y aun así intentamos cambiar las cosas
desde adentro.
Soportamos la persecución partidaria por haber asumido las banderas de
la organización por sobre las órdenes del partido y expusimos nuestra
propuesta. No solo se nos descalificó sino que, con actitudes gansteriles, se
nos impidió participar.
Hemos trabajado como muchos por la unidad,
pues es el imperativo más grande de cualquier organización sindical, pero ciertamente
no todos aspiran a la unidad en forma honesta y real. Algunos utilizan el llamado a concretarla como
un fetiche que solo les permite ganar tiempo, pero no la quieren pues eso puede
poner en riesgo los espacios de poder obtenidos, sin importar si estos espacios
fueron conseguidos al minimizar o ignorar las demandas de quienes se
representaba.
Muchos van para donde más les conviene,
incluso pasando a veces por sobre la decisión de los trabajadores o ignorando a
estos en la toma de decisiones.
¿O si no, cómo explicar que haya sindicatos
que van de una Federación o Confederación a otra y/o que algunas organizaciones
se cambian de Central sindical como si se cambiaran de ropa interior?.
Por eso nos unimos con otros descontentos y
comenzamos a hacer camino. A levantar las propuestas olvidadas y llevarlas a
conocimiento de los trabajadores. Lento pero constante ha sido el respaldo y
haciendo nuestros los espacios de quienes ya habían dado los primeros pasos,
nos jugamos por una conmemoración clasista del primero de mayo y dada la masiva
respuesta comenzamos a pensar que estaba llegando el momento de enfrentar la
crisis del movimiento sindical y dar un paso adelante en su
reconstrucción.
El acto clasista del Primero de Mayo de
2018 marca un momento importante en la movilización de los trabajadores y
diversos movimientos sociales y por eso se le está atacando con saña.
Quienes
llegaron allí, en mayor número que otros años, lo hicieron concientes y
decididos.
Ya
veremos como concordamos visiones y caminos. No hay que ser brujos para
determinar que tenemos diferencias, pero
es claro que nos une el amor a la clase trabajadora y eso nos obliga a
minimizar las diferencias y acrecentar lo que nos une.
Hasta con los que promueven desordenes tendremos que conversar en este
desafió de seguir avanzando, porque más allá de las dudas sobre su pertenencia
y objetivos, al final del día quienes responden a la represión no son nuestro
enemigos ni adversarios.
Aquellos que queremos la causa de los trabajadores
y estamos embarcados en el empeño de la Central Clasista de Trabajadores,
coincidimos en definirnos como hastiados y agotados. De la manipulación de la
información, de la representatividad ponderada, de las demandas no
discutidas, de las organizaciones sindicales - en el sector público y la
empresa privada - que hablan a nombre de los trabajadores sin considerarlos en
su gestión e incluso actuando contra el sentir de miles y miles de organizados.
Por eso nos agrede el concepto paralelismo,
utilizado para motejar a quienes desisten de seguir un camino que se sabe
errado. Quienes califican así están en un error, toda vez que paralelismo se
entiende más como la repetición de una misma estructura antes que algo
distinto.
Los
que hemos dejado de creer en los que poco o nada hacer por los trabajadores, no
hacemos paralelismo. Al contrario, si asumimos un nuevo camino es por
discrepancias profundas con lo que hay y quienes lo administran. Es que dejamos
de creerles.
Con los que se aferran a lo podrido no se
puede buscar la unidad, porque lo que persiguen es sepultar las demandas y
aspiraciones de la clase trabajadora y eso no lo permitiremos. La unidad se debe hacer con todos los que
sienten que los trabajadores y sus hermanos de clase tienen derecho a una
sociedad más digna y justa. La Central Clasista es un intento que nace de las
organizaciones. Más allá de cuando se concrete, es claro que sigue patrones
distintos de los que hasta ahora se usaron para dotar de un instrumento de
representación a la clase, por eso hay que conocer su ideario y hacerse parte
de ella.
Las puertas están abiertas para todos
Porque nos llamamos clasistas?
Bueno, es esta definición la que marca la diferencia con otros
instrumentos de trabajadores. Creemos que en algún momento todos los
trabajadores se darán cuenta que sus organizaciones deben definirse como
clasistas.
Desde muy antiguo la sociedad a estado dividida entre los que tienen el
poder, los que mandan y los privados de todo, los mandados. Primero se llamó
esclavos a los que tenían que hacer de todo y eran alimentados solo para
subsistir y procrear.
Luego
vino el paso de la esclavitud al servilismo y, aunque libres, unos debieron
seguir sirviendo a otros y dar mucho más de lo que debían para mantener los
pequeños espacios ganados.
Cuando el capitalismo comenzó a desarrollarse el hombre solo cambio de
amo. Era libre para ir por donde quisiera pero debía vender algo que era suyo
(la capacidad de trabajar, la fuerza de trabajo) al precio que fijaba quien la
compraba (el patrón, el capitalista).
Siempre han existido 2 clases, los que explotan, los que abusan y los
explotados, los abusados.
Queda
muy claro a cuál clase pertenecemos como trabajadores.
Por eso lo de clasistas. Porque tenemos el corazón puesto en los ideales,
en las demandas, en las aspiraciones de la clase trabajadora.
Porque una nueva Central, si ya hay 4 en nuestro país, porque no
construir la Central Unica de Trabajadores?
Nos planteamos una nueva Central, pues no vemos en ninguna de las
existentes una verdadera representación de las demandas y aspiraciones de los
trabajadores.
Es con la anuencia o el silencio de las 4 Centrales que se aprobaron en
30 y algo más de años de blandengue democracia, una serie de normas que más que
ayudar han perjudicado a los trabajadores. Se mantiene la indemnización con
tope, se han aprobado normas de flexibilidad, se trabajan jornadas de + de 8
horas diarias, la sala cuna solo es para empresas con + de 20 mujeres, se
eliminó la facultad a las asambleas de vigilar los ingresos y gastos de las
organizaciones y reclamar a las inspecciones del trabajo una fiscalización
cuando se pierden las platas de las cuotas, se legalizó la polifuncionalidad,
se puso más trabas para constituir sindicatos en empresa micro y pequeñas y se
complejizó el actuar de los sindicatos de interempresa, entre otras muchas
malas leyes.
No habrá Central Única porque en el sindicalismo hay 2 visiones marcadas
e irreconciliables. Aquellos que creen que conversando con gobiernos,
empresarios y parlamento se pueden avanzar en medidas que humanicen mas no
terminen con el capitalismo y quienes creemos que el gran adversario es el
capital y que a éste debemos demandar respuestas, sin negociaciones ni
transacciones a espaldas de los trabajadores.
La unidad no se construye ni se construirá renunciando a nuestras
demandas históricas.
Somos disidentes o alternativos de la CUT, la CAT, la UNT, o la CTCH?
No somos disidentes de ninguna de las Centrales pues no somos parte de
ellas, rechazamos la hegemonía de los equipos partidarios o de las camarillas
de dirigentes apernados, en el accionar de las organizaciones de trabajadores.
No somos alternativos pues rechazamos lo que ellos sostienen como
política sindical y no nos presentamos como más de lo mismo, solo que con un
ropaje distinto.Las Centrales existentes tienen un camino definido y este no
implica la defensa irrestricta de los derechos de la clase trabajadora. Allá
ellos con su trabajo, nosotros no les reconocemos como representativos de la
clase. Lo hemos expresado claramente. Ni disidentes ni alternativos,
Independientes, autónomos, clasistas. Eso somos y no otra cosa.
Que es lo que haria diferente a esta CCT de las otras Centrales?
Llevamos un trabajo de hartos meses en los que hemos concordado
documentos bases sobre Estatutos, Declaración de Principios y Plataforma de
Lucha, documentos fundacionales aprobados por más de 100 dirigentes
representantes de decenas de organizaciones, documentos que desde el 2 de mayo
de 2018 comienzan a ser discutidos en las asambleas.
La Central Clasista de Trabajadores (CCT) radica todo el poder de
resolución y toma de decisiones en las bases, por lo mismo su estructura de
dirección será nacional y regional, pero por la vía de la votación directa de
los socios afiliados, cada trabajador un voto es la consigna.
Para elegir a los directorios nacionales y regionales no habrá listas
partidarias ni de movimientos, por muy valiosos que sean estos, será una lista
única donde el trabajador determinara con su sufragio quienes estarán en la
dirección del instrumento, además que el Estatuto establece claramente quienes
y bajo que cargos pueden ser desafectados de sus cargos. Cotización
mensual, un trabajador una cuota. Será la manera de que el instrumento no sea
manipulado ni utilizado para cualquier cosa, al margen de los intereses de los
trabajadores.
Se ha comenzado un camino y trabajaremos
con fuerzas para verlo cristalizar.
Sin embargo y más allá
de eso, después del contundente acto del primero de mayo de 2018, queda claro
que la clase comienza a despertar y que no seguirá permitiendo que algunos
actúen en su nombre.
De sostener y profundizar esto, nos encargaremos todos los que hoy estamos
en este empeño clasista.
Es un compromiso.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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