PULSO SINDICAL Nº
388 DEL 24 DE OCTUBRE AL 17 DE NOVIEMBRE DE 2019
LAS LECCIONES QUE NOS DEJA LA EXPLOSION SOCIAL DE OCTUBRE
Cuando la rabia acumulada explosionó,
todo un pueblo se lanzó a la calle y aún sigue allí.
Nuevamente, al igual que el 2006 y el
2011, los estudiantes encendieron la mecha y una población hastiada finalmente
salió de su letargo y se puso de pie.
Y a casi un mes del estallido no ha
parado de expresarse en todas las formas posibles.
Nuestra CGT, escuchando las
orientaciones de la Central Clasista, llamó desde el primer día a los
trabajadores a actuar en conciencia, invitándoles a manifestar en sus
barrios y participar de todas las acciones en desarrollo, llegando a la
paralización de labores en donde estuvieran en condiciones de hacerlo
Pusimos especial énfasis en la
necesidad de romper el miedo en los lugares de trabajo, realizando asambleas, tranquilizando
a quienes estaban preocupados de sanciones cuando por cuestiones de cualquier
tipo llegaban atrasados o no podían llegar a sus turnos.
El balance hasta ahora es bastante
positivo, pues han sido miles quienes saliendo de sus turnos se han plegado a
las marchas que se realizan sin pausas en ciudades y pueblos de nuestro Chile.
De la misma manera son cientos quienes nos ayudan en la distribución de
propaganda en las calles y a la salida de algunas empresas.
En muchas empresas los trabajadores
no han concurrido a sus turnos o han exigido condiciones de traslado y
seguridad para cumplir sus labores. Nadie se ha quedado sin dar su opinión y
aunque aún nos falta para responder en forma óptima a los llamados de nuestra
Central, los pasos dados dejan ver como los trabajadores desarrollan su
conciencia de clase.
No se han descuidado las asambleas
regulares como tampoco las negociaciones colectivas, fortaleciendo las asesorías
y la presencia de dirigentes nacionales y de base en él proceso, lográndose
varios acuerdos sin llegar a la huelga, además de contactos diversos con
sindicatos no afiliados.
En momentos de presión patronal por
congelar y disminuir beneficios, es destacable el promedio de 5% de reajuste
real más otros beneficios directos, logrados por los sindicatos de DICOTEX y
EMPACK en la Región Metropolitana, así como el aumento de $ 20.000 a los
sueldos bases más otros beneficios lo grado por los compañeros y compañeras de
la empresa CAL AUSTRAL en Dalcahue X
Región.
Como organización sindical siempre
hemos puesto énfasis en la necesidad de educar a los trabajadores, pues en la
medida en que ellos asuman conscientemente su condición de miembros de la clase
trabajadora, harán propia la exigencia de construir organización, presentar
pliegos de peticiones y luchar por lo que saben que merecen.
La lección que nos deja nuestra “Revolución
de Octubre" es que a la demanda justa de la masa movilizada, debemos incorporar
organización acerada, para así sostener
con fuerza los logros que se vayan obteniendo y que son producto de las luchas organizadas.
Como en otros octubres que el mundo
recuerda, solo la unidad y la organización, además de la convicción de victoria, logran darle
vuelta el tablero a los opresores que, en su desesperación, dejaran caer
algunas migajas esperando que las tomemos y detengamos nuestro camino.
LA DESESPERACIÓN DE
LA CLASE EN EL PODER Y LA CONSTITUCION
Por años reclamamos mejoras profundas
en las leyes laborales así como en salud, vivienda, y educación, entre otras
justas demandas. Que recibimos a cambio? Generalmente nos ignoraron y nos
dieron de palos y balazos.
Cuando la desesperación era tan
grande que seguía expresándose a pesar de la sangre derramada, los dueños del
poder se comprometían a buscar soluciones, se manifestaban conscientes de la
“cuestión social” y se juramentaban a mejorar las cosas dictando leyes, que
aunque dictadas de poco sirvieron.
Así ha sido durante más de un siglo y
lo único que ha cambiado hasta ahora es el ropaje del represor y los
instrumentos con los que castigan a quienes no aceptan sus designios.
Debemos estar muy claros de esto para
saber por dónde seguimos caminando.
Nuestras demandas son profundas pues
apuntan a un cambio en la sociedad.
No queremos seguir siendo maltratados
y para ello debemos dar la pelea por quitarle al capital sus prebendas y desde
allí avanzar hasta neutralizarlo completamente.
La actual rebelión social muestra a
los poderosos un pueblo decidido, no dispuesto a entregar la calle si no se
satisfacen sus demandas mínimas y entonces entran en desesperación, castigando
con mayor saña.
Han hablado de la pérdida de miles de
empleos y del daño que hacen las protestas a la economía del país y sin embargo
anularon la última alza del Metro y la locomoción publica, hace un mes que no suben la bencina y están
entregando migajitas aumentando el ingreso mínimo y las pensiones
asistenciales, incluso dejaron pasar hasta ahora la rebaja de la jornada de
trabajo a 40 horas, todo con el objetivo de desmovilizar a los alzados.
Y como los rebeldes no ceden hacen su
jugada maestra, que pese a ser de manual
no deja de encontrar incautos que caen en ella.
Se crea un ambiente de caos,
violencia y terrorismo, se habla de movidas de los milicos y de la conculcación
de algunos derechos si siguen las protestas, para terminar llamando a la paz. Desesperadamente
llaman e invocan la paz los mismos que la alteran y la destruyen en el día a
día.
Los medios de comunicación juegan su
rol gustosos. Visitan las zonas de conflicto y van a los barrios - los mismos
que han ignorado por décadas -
entrevistan a algún lesionado o familiar de ellos, presentan
declaraciones lacrimosas de gente modesta
ignorando conscientemente, a los millones de modestos que si protestan y
quieren cambios de fondo.
Políticos de distinto cuño se
muestran de acuerdo con las demandas de la población (los mismos que las
ignoraron hasta en la discusión de la ley sobre las 40 horas) pero rechazan el
uso de la violencia (no todos son enérgicos con la violencia policial que es el
detonante de la respuesta popular), hasta que se reúnen todos en una maratónica
jornada para concluir en un acuerdo ¡¡¡sobre el que jamás consultaron al
pueblo!!!.
El 12 de noviembre, la mayoría de los
que han inclinado - nuevamente - su espalda ante el poder del capital y sus
representantes habían suscrito un acuerdo en el que proponían para salir de la
crisis 3 puntos irrenunciables: Plebiscito, Asamblea Constituyente, Nueva
Constitución. No le preguntaron a nadie pues ellos dicen ser los representantes
del pueblo y 2 DIAS DESPUES reniegan de lo que primero habían acordado y llegan
a acuerdos con los mismos que son los primeros responsables del casos social
que están todos lamentando.
Además de los Comunistas, también los
Humanistas y los Regionalistas Verdes
(los tres con representación parlamentaria) aparecen rechazando este acuerdo y al menos
podrán mirar de frente al pueblo cuando éste le pase la cuenta a todos los que,
en su nombre, le han traicionado. Aunque seamos claro, algunos de estos
partidos dieron sus votos para aprobar leyes laborales que de poco o nada han
servido a la lucha popular.
Una nueva Constitución es una demanda
de años y será fruto de una Asamblea Constituyente, este ultimo instrumento que ha sido
desechado por los mismos que lo reivindicaron un par de días antes.
Y sin
embargo, debemos tener claro que nuestra lucha no se ha perdido.
Con la Constitución pinochetista
demandamos derecho a sindicalización y negociación colectiva. Con esta
Constitución hemos avanzado en evitar el descuento del aporte patronal al
Seguro de Cesantía cuando despide por necesidades de la empresa y con ésta
hemos salido a la calle para exigir que las y los trabajadores sean
dignificados.
Para luchar por lo nuestro no necesitamos
de una Constitución fraguada a espaldas del pueblo ni de parlamentos afines al
poder.
Necesitamos de organización y
trabajamos para acrecentarla.
LA REPRESION NO
PARARA
Cuando se les fue de las manos la
movilización ciudadana, sacaron a la calle a las fuerzas armadas. Golpearon sin
asco y mataron, violaron todos los derechos de los ciudadanos y fue de tal
magnitud su crudeza, que hasta los medios de comunicación, serviles hasta el
hartazgo, debieron dar cuenta de algo demasiado evidente e imposible de
ocultar.
Las Fuerzas Armadas y Carabineros
salieron a la calle a matar y cumplieron con lo que se les encomendó. Sembrar
el caos, infundir miedo y terror en la población, exponer su poderío para que
quede claro quiénes son los que mandan. Ellos gozan de inmunidad. Cumpliendo
las ordenes que les da el capital no serán castigados y lo grafican muy bien en
su actuar, altanero, prepotente y grosero.
Los militares estuvieron un par de
semanas. Fueron denunciados de palabra y con imágenes por su actuar violento y
atentatorio contra los derechos humanos y hasta ahora, salvo en un caso
suficientemente silenciado, no han recibido sanción, salvo aquella que pudo
disponer el mando, que son en definitiva las jefaturas que envían a reprimir y
matar.
Ellos ya actuaron en Santa María de
Iquique, Marusia, Jose Maria Caro y en muchos otros lugares donde los obreros
demandaron respuestas a sus demandas. Y su actuar fue a sangre y fuego. ¿Porque tendría que ser distinto ahora?, ellos
cumplen las ordenes que les da el capital y seguirán haciéndolo cada vez que
éste se sienta tocado en sus jugosas ganancias.
El director general de carabineros lo
dijo hace unos días. “No voy a dar de baja a nadie, ni aunque me obliguen”,
expresando “gratitud por todo lo que están haciendo, somos parte de la
solución y lo estamos haciendo bien pues el orden y la seguridad se deben
imponer”.
Claro y concreto y por esto los
felicita el gobierno y todos los servidores del capital.
Bueno, que les quede claro que la
lucha popular no parará y la creatividad se irá acrecentando para dar con
elementos de protección que aminoren el daño que están causando con sus gases,
balines y perdigones.
La violencia no la pone el pueblo y
éste tiene el legítimo derecho a defenderse.
La Lucha sigue.
MANUEL AHUMADA LILLO
PRESIDENTE CENTRAL
CLASISTA DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS
SECRETARIO C.G.T
CHILE
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