PULSO SINDICAL Nº 369 DEL 01 AL 15 DE DICIEMBRE DE 2018
Cuando se escribe se busca la mayor
cantidad de antecedentes y se intenta que los mismos sean claro reflejo de lo
que se busca exponer. A veces se cometen errores como el ocurrido en el Pulso
anterior, donde se entregaron mal unos datos sobre consumo de droga entre los
trabajadores, por lo que tenemos la obligación de enmendarnos.
La información correcta es: “Según datos del SENDA el consumo de cannabis
se ha triplicado, en especial entre la población masculina entre 18 y 34 años,
grupo que incluye a un porcentaje importante de personas laboralmente
activa. Un estudio bianual revela que
entre 2014 y 2016 el consumo de droga entre los trabajadores aumento de 10% a
14,9 %, la marihuana tiene más del 50% de las preferencias”.
Podríamos quedarnos en la corrección de
la información y ya.
Pasar a otros temas que, al menos en titulares se ven bastante más
importantes, y ciertamente caeríamos otra vez en el error, en una omisión que
ya tiene demasiado tiempo y que sin ser única, es uno de los factores que
explican la baja en la participación de los trabajadores en las organizaciones.
No
es un secreto que el consumo de marihuana ha aumentado y que son muchos quienes
después de salir de su trabajo se juntan a fumar uno o varios pitos, además de
consumir alcohol. Ambas cosas son graves pues sacan a los trabajadores de sus
preocupaciones fundamentales y los anulan a la hora de fijar la atención en
quienes les están abusando al pagarles bajas remuneraciones y desconocerles
muchos de sus derechos.
En cuantas manifestaciones es algo
normal esto que exponemos?.
Se da el caso de que son muchos los que reaccionan en un momento con ira
y confrontan a las fuerzas represivas, pero sin embargo no tienen la capacidad
ni la intuición de constatar que si no se desarrolla organización a partir de
estas expresiones de descontento, solo nos quedaremos en una protesta vacía, una
protesta que no pondrá en aprietos a los que gobiernan.
No es por nada que la invasión de propaganda invitando a consumir
alcohol está en todos los medios de comunicación. No es por nada que ese
consumo está asociado a bienestar, a un mejor pasar, al relajo y la concreción
de todos los sueños. Pero es falso y debemos poner el mayor de nuestros
esfuerzos en atacar estos flagelos. La nueva sociedad a la que aspiramos no es
una sociedad licenciosa, de lujos y beneficios para algunos.
Es una
sociedad de trabajo, de esfuerzo, de mucha recreación y cultura, de
autocuidado, de formación de una nueva conciencia en los niños y
adolescentes.
El capital promueve el consumo de
alcohol y hace vista gorda en el tráfico de drogas, pues tiene claro que con
esos vicios tiene cautiva a parte importante de la fuerza viva que podría dar
vuelta la tortilla. Saquemos entonces lecciones de estos datos que se exponen.
Vamos a trabajar con más
fuerzas a los barrios, desarrollemos cientos, miles de centros juveniles,
clubes deportivos y otros instrumentos de organización.
No avalemos por la vía de la tolerancia pasiva o el silencio, esta
profundización de vicios del sistema capitalista, combatámoslos con fuerzas,
pues solo un pueblo desprendido de estas taras puede rebelarse y provocar
cambios. Si le peleamos al sistema pero luego de una batalla vamos a relajarnos
utilizando estos u otros distractivos, tengamos siempre presente que el capital
sigue conservando, con nuestro apoyo, todo su poder.
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Hace algunos días se conmemoraron
70 años desde que fuera suscrita la Declaración Universal de los derechos
Humanos Y sin embargo poco o nada ha cambiado.
No solo el hambre ha
aumentado, siendo dramático en algunos lugares del mundo especialmente en África, sino que también disminuyen las reservas de agua, se masifica la
explotación de los recursos naturales hasta el agotamiento, se depredan los
mares y en muchos sectores del planeta las guerras encubiertas por razones de
todo tipo, siguen cobrando vidas.
Ya no solo se está limitando
los derechos de quienes disienten en cualquier parte y por las razones que
sean. La persecución y la detención arbitraria, los castigos físicos, la
tortura en todas sus formas, el ajusticiamiento sumario y la desaparición de
personas por métodos cada vez más atroces, son señal inequívoca del retroceso
humano, es evidente la degradación, pese a los enormes avances científico-técnicos
de los que día a día puede disfrutar esta misma humanidad.
Los
derechos humanos no se validan y aplican o derechamente se desconocen en
diferentes países del mundo, y nadie brega por cambiar este cuadro.
Los trabajadores y sus organizaciones son el ejemplo más claro de lo
anterior.
Grandes
discursos en foros nacionales e internacionales, anuncios de cambio en las
condiciones de trabajo, remuneración y descanso y sin embargo las diferencias
en vez de acortarse se extienden.
La sola lectura de los artículos 23, 24 y 25 para el caso de los
trabajadores en nuestro país son la demostración más clara de que algo no anda
bien.
Sucesivas
reformas en estos años no han logrado establecer la vigencia plena de los
derechos que en dichos artículos se consagran.
Invitar a los dirigentes, trabajadores y a todos los ciudadanos a hacernos
cargo de la necesidad de demandar respeto pleno a la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, para lo que urge incorporarse y ser parte de todos
aquellos instrumentos que directa o indirectamente están en esta lucha.
El sello distintivo de estos tiempos es la despreocupación por lo que pasa
a otros.
Nada más que
el sujeto importa, los demás y sus demandas y problemas no importan.
Esto es lo que construyó el capital desde que se instaló a dirigir la
sociedad y contra ello debemos actuar de conjunto. De lo contrario seremos
avasallados previa anulación de todos y
cada uno de los derechos que como seres humanos nos son propios.
Lo colectivo es la suma de individualidades con objetivos comunes, cuya
meta debe ser la construcción de una sociedad más digna y justa.
Es una obligación luchar por que se cumpla efectivamente con esta
Declaración Universal.
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Más de 2.000
cartillas informativas fueron entregadas a la población durante una jornada de
propaganda realizada por nuestra Central Clasista en la feria libre de
Quintero.
Cientos de
personas nos expresaron su agradecimiento por entregarles algunas orientaciones
en caso de persecución laboral y despido. Muchas más dieron cuenta de las
condiciones en que muchos trabajan en la zona y se comprometieron a estarnos
enviando información.
Llegada la
tarde nos fuimos a La Calera, a la feria del libro instalada en la plaza
Balmaceda, feria en la que pudimos entregar propaganda de nuestra Central y
exponer en un foro sobre nuestro ideario.
Decir que la propuesta y
planteamientos de nuestra Central fueron muy bien recibidos y esperamos que en
otros lugares del país también se vaya instalando la necesidad de discutir
sobre el que hacer del movimiento sindical en esta etapa de crisis, de la que
solamente saldremos organizados y unidos.
Como organizaciones estaremos siempre dispuestos a estar conversando con
los trabajadores y las trabajadoras, desarrollando la educación, la
organización y la lucha, únicos instrumentos válidos para cambiar nuestra
condición de parias.
Al cierre
nuestra solidaridad y respaldo al paro de los trabajadores portuarios de
Valparaíso y a la demostración de unidad
en lucha, expresada por los compas de otros puertos a lo largo del país, así
como de otras organizaciones sociales.
Asimismo saludar las diferentes iniciativas en desarrollo, por la
conmemoración del 111 aniversario de la lucha en Santa María de Iquique.
Ciertamente
tenemos aún carencias, pero estás muestras de unidad en la lucha, son un gran
paso adelante del que debemos sentirnos orgullosos.
MANUEL AHUMADA LILLO
Secretario de la CGT
Estimados compañeros (ras), primero, que este año 2019 sea de un gran exito para vuestro gremio se siga consolidando como una Central Clasista y a muchos más trabajadores (ras) pueda llegar este boletin informativo que es de una tremenda importancia. Mis felicitaciones. Mario Ruiz V.Sind. Interempresas Bancos de Chile y Otros.
ResponderBorrarMis felicitaciones por el tema a tratar ya que los estupefacientes nos impiden pensar con claridad y nos imposibilitan de tener autodisciplina que es lo que necesitamos en cualquier organización o movimiento de importante finalidad. Estamos atentos siempre como sindicato de leer “el pulso” para informarnos de verdades que los medios nos ocultan para manipularnos y poder ejercer sus intereses oscuros.
ResponderBorrarSaludos del sindicato Dimacofi. Rodrigo Calderón